El inglés ganó en Spa y es líder y el australiano fue segundo, mientras que Alonso, Vettel y Button se fueron de vacío
09 sep 2010 . Actualizado a las 21:37 h.En Spa todos corrieron mirando al cielo. Pero solo pudo tocarlo Lewis Hamilton, vencedor del Gran Premio de Bélgica y nuevo líder del Mundial. Mark Webber acabó segundo. Y los pilotos que completan el quinteto de aspirantes al título se marcharon de Bélgica con las manos vacías. Bajo la lluvia, Fernando Alonso se retiró tras chocar contra el muro. Jenson Button abandonó tras ser embestido por Sebastian Vettel, que fue sancionado con un drive through y acabó fuera de los puntos. Tras esta epidemia de bajas, el campeonato, que se antojaba empeñado en una batalla polifónica, parece cosa de dos.
Spa es un pequeño reino de incertidumbre. Y el arranque de la carrera de ayer, aliñada con agua, hizo honor a esta reputación. Webber, que había logrado la pole, se quedó varado y fue adelantado por Hamilton, Kubica, Vettel, Massa e incluso Sutil. Para añadir suspense, la lluvia asomó en esa primera vuelta e hizo titubear sobre el asfalto a los ilustres. Pero el británico de McLaren asumió el primer puesto y se quedó con él. Su triunfo solo se vio amenazado por una salida de pista en la que rozó el muro en el tramo final de la prueba, cuando la lluvia abría el baile de neumáticos. Fue un leve flirteo con el desastre.
Webber superó a Kubica en boxes. Después, las posiciones de mantuvieron, con el inglés en cabeza, y el australiano y el polaco completando el podio. Al líder ni siquiera lo inquietó a salida del coche de seguridad, a siete vueltas del final. El safety car reagrupó a los pilotos y se hizo eterno, pero cuando se retiró, a tres giros de la conclusión, los tres primeros parecían haber firmado una tregua. No hubo ataques.
Dos accidentes del bicampeón
Alonso, condenado a la marabunta debido a su décima plaza en la parrilla, había mejorado dos posciones, pero fue embestido por Rubens Barrichello en la primera vuelta. El asturiano realizó una obligada visita a boxes. Se calzó los neumáticos intermedios esperando más lluvia. Pero la pista comenzó a secarse, con lo que tuvo que parar de nuevo para cambiar gomas. Cuando había remontado desde la cola hasta el octavo puesto y limaba registros en la vuelta 38, cometió un error. Perdió el control de su coche, que no sobrevivió al segundo accidente del día al irse contra la barrera. Ahora está a 41 puntos de Hamilton. Y quedan seis carreras. En Monza, la resurrección no es un milagro para Alonso. Es una obligación.