El regreso más añorado

Marcos Pichel LUGO/LA VOZ.

DEPORTES

Sara Álvarez volvió a la competición después de más de un año de baja tras la lesión más grave que se puede tener en la rodilla

15 dic 2010 . Actualizado a las 03:28 h.

Casi como una sorpresa. Al menos, para la inmensa mayoría de quienes estaban presentes en el pabellón de Esteiro, en Ferrol, y se levantaron de sus asientos para darle una sonora ovación. Así fue el regreso a la competición de Sara Álvarez. Ocurrió el pasado fin de semana en el Campeonato de Galicia de yudo, después de más de un año de baja tras su lesión en el Mundial sub 20 de París.

«Un año, un mes...». Sara apunta al segundo la cuenta del tiempo que llevaba sin subirse a un tatami para competir. En aquel día fatídico, la más firme promesa del yudo gallego iba en pos del título mundial. Los 160 kilos de su rival cayeron encima de su rodilla. Diagnóstico, «la lesión más grave que se puede tener», como decía entonces la doctora Luisa Ibáñez, que la operó en Madrid junto a Manuel Leyes, y quien ha mimado su recuperación: rotura de los ligamentos cruzado anterior y posterior, lateral externo, poplíteo y el del bíceps femoral.

Perder el miedo

«Lo importante era probar, perder el miedo antes de afrontar campeonatos importantes», explica Sara. Y recuperar sensaciones. Alguna, casi desconocida. Como los nervios al entrar en el pabellón, ese gusanillo que se agarra a la tripa y no se suelta hasta que arranca el combate. «Antes, los nervios solo venían al comenzar», recuerda. Pero el recibimiento, las preguntas de todos cuantos se acercaban, pudieron más esta vez.

Cuenta Sara que hace apenas unos días recibió el alta definitiva. Primer alegrón. «Porque al principio me decían que si iba a tener que estar unos dos años parada», dice. Los plazos, hechos añicos, y su buen humor, creciente. Además, se encontró bien. «No me molestaba nada. La pierna me respondió bien», asegura. Lo único que notó después de tanto tiempo de inactividad es que le faltaba un poco de fuerza. «De velocidad estoy bien», afirma.

El comienzo no pudo haber sido mejor, dos combates ganados y medalla de oro. Aquel infausto día de París voló de su memoria. «Fui como siempre, a intentar ganar», recalca con firmeza Sara.

Porque si hay algo que está fuera de duda es su afán competitivo, de superación. Es lo que la sigue motivando. No resultados concretos, sino crecer. De todas formas, en el horizonte vislumbra la fase de sector del Campeonato de España, en febrero.