Árbitros, jugadores propios y rivales, técnicos, dirigentes blancos... En medio año al frente del Real Madrid Mourinho ha tenido tiempo de medir fuerzas con todo tipo de personajes del mundo del fútbol.
Flirteo con la selección lusa. El 18 de septiembre, Mourinho aseguró estar triste por la negativa del Real Madrid a dejarlo dirigir a Portugal un par de partidos. La directiva le dio un toque al técnico por sus palabras y este rectificó.
Enfrentamiento con Preciado. El 24 de septiembre, el portugués acusó al entrenador del Sporting, Manolo Preciado, de regalarle el partido al Barça por reservar a varios titulares del equipo asturiano en el Camp Nou. Preciado respondió llamando «canalla» a Mourinho días antes de que el Madrid visitara el Molinón. Tras el choque, hubo un nuevo enfrentamiento verbal entre el técnico cántabro y el preparador de porteros blanco, en el aparcamiento del estadio.
Críticas a Pedro León. El 27 de septiembre, antes de que visitar al Auxerre en Champions, Mou justificó así la no convocatoria de Pedro León: «Habláis de Pedro como Zidane o Maradona y es un buen jugador que hace dos días jugaba en el Getafe», respondió. El interior fue un fichaje de Valdano.
Insultos a Paradas Romero. El 3 de noviembre, el luso fue expulsado en un partido de Copa contra el Murcia. El árbitro Paradas Romero recogió en el acta que lo había mandado «a la mierda». A Mou le cayeron dos partidos de sanción.
La trampa de Ámsterdam. El 23 de noviembre, el Madrid derrotó al Ajax asegurándose el liderato de su grupo de Champions. Mourinho ordenó a Ramos y a Xabi Alonso forzar una amarilla para cumplir el ciclo de tarjetas. La UEFA lo suspendió por un partido.
Recado a Valdano. El 19 de diciembre, los blancos ganaron 1-0 al Sevilla. En la rueda de prensa posterior, Mourinho acusó a algunos dirigentes del club de escudarse en él y no salir a defender al equipo frente a los errores arbitrales. El objetivo de la crítica era el director general merengue, Jorge Valdano.
Provocación al Villarreal. El 9 de enero, Mourinho festejó el último gol de la victoria frente al Villarreal ante el banquillo visitante. Cani le arrojó una botella. El técnico aseguró que lo fue a celebrar delante de su hijo.