La selección francesa cumplió con los pronósticos y se clasificó para la gran final del Campeonato del Mundo de Suecia, tras imponerse por 29-26 a Suecia, en un excepcional encuentro del pivote Bertrand Gille.
El del Hamburgo, ya decisivo en los títulos mundiales del 2001 y el 2009, parece empeñado en colgarse una tercera medalla de oro con la que engrandecer su soberbio palmarés.
Gille no falló ni uno de sus ocho lanzamientos, para desesperación del rival, que nunca encontró la forma de detener los movimientos del pivote. Mientras, la defensa francesa fue mermando poco a poco la moral de los lanzadores suecos.
Los galos dispararon la renta de tres goles (15-12) del descanso, hasta unos ya inalcanzables siete goles (24-17) llegados al ecuador del segundo tiempo. La reacción sueca llegó tarde.