El Lotina más comedido de la temporada se manifestó ayer dispuesto a hacer las paces con su plantilla, llamó la atención sobre la importancia de los puntos en juego contra el Sevilla y evitó cualquier alusión a la posible llegada de refuerzos. Después de frustrarse la llegada del mexicano De Nigris, en tono críptico declaró: «Yo sé lo que va a venir y no me preocupa en absoluto».
El entrenador adoptó el mismo tono conciliador para aclarar sus críticas a la plantilla tras la derrota de Zaragoza. «El vestuario está con ganas. Los jugadores saben que cuando Lotina dice algo, aunque no les guste la manera o la forma, es para beneficio suyo. Yo los trato como a mis hijos y con mis hijos a veces tengo malentendidos, porque no soy perfecto ni pretendo serlo, pero quiero que mi vestuario sea mejor y mis jugadores sean mejores. ¿Que alguna vez me equivoco? ¿Qué padre no se equivoca?», se preguntó.
Centrado en el compromiso de esta noche contra el Sevilla, Lotina afirmó que intentará «dar algo más de profundidad al equipo». Aseguró que nunca hizo «un planteamiento para empatar» y se congratuló por la recuperación de Riki y Míchel. «Los dos están bien, pero la forma no se coge de la noche a la mañana. Ellos están deseando jugar. Me acercaba a ellos y estaban esperando a ver si les preguntaba si están para jugar. Lo están, pero hay que darles un mes para que estén al cien por cien», insistió.
El preparador vasco anunció «algún cambio» en la alineación, entre otras cosas porque ahora tiene «más posibilidades» con la vuelta de los jugadores lesionados. «Como entrenador, lo mejor que te puede pasar es tener a dos o tres titulares en el banquillo. Tener gente en el banquillo para cambiar me satisface un montón», afirmó.
Lotina espera sacar partido del desgaste del Sevilla en la Copa, pero matizó que tras la derrota del miércoles devolverá su atención a la Liga, porque se le ha complicado acceder a la final. «Está en una semifinal muy fuerte ante el Madrid y eso siempre es complicado, pero tiene una plantilla tremenda y estará también pensando en la Liga porque el resultado de la Copa no ha sido excesivamente bueno. Si hubiese ganado estaría más pendiente de la Copa. Ahora no es que la vean imposible, pero sí más difícil que hace unos días», dijo.
Aún con los ecos del gol fantasma de Luis Fabiano, el entrenador del equipo andaluz, Gregorio Manzano, se refirió a un Dépor en buena línea, «con jugadores muy físicos, que juegan por detrás del balón y no será un partido cómodo, porque no querrán meterse en el furgón de cola».