Algunos partidos se presentan feos antes de jugarse. Y después de jugados, todavía peor. Frente al Espanyol, no es que resultara uno de esos partidos, sino peor. Quizá haya sido en Cornellá en donde el Deportivo ofreció su peor imagen de la temporada. El equipo de Lotina había acudido en busca de unas botellas de oxígeno, porque, si bien es verdad que ahora mismo no le son urgentes, a la vista de algunos resultados de otros campos, nunca se sabe. Habíamos dicho en otra ocasión que en una jornada te sacan de la fila, y cuando sucede empiezan a temblar las piernas por el miedo a no poder volver a meterse en el grupo. Al Deportivo de ayer (que jugó con un hombre menos la mayor parte del tiempo), y lo mismo al Espanyol, es obligado darles un suspenso. Los puntos quedan en campo catalán porque deciden los goles.