Reválida con el futuro en juegoHerrera otorga dos partidos como margen de error a los célticosPrevista una «calcetinada» como protesta contra los árbitros
DEPORTES
La necesidad se da cita en Balaídos. El Valladolid llega en plena escalada, pero no le alcanza; el Celta se ha frenado en un marzo horrible, pero en la primera contienda de abril ha vuelto a recuperar sus mejores sensaciones que hoy debe refrendar con un triunfo que se le ha negado en Balaídos en sus tres comparecencias anteriores. Ninguno de los dos tiene margen de error.
Por eso el partido de esta sobremesa, casi con horario de Premier, en el coliseo celeste tiene colgada la etiqueta de final. El Celta dio un paso al frente en el Villamarín empatando con nueve, pero lo debe refrendar en casa, en donde presenta sus peores números y en donde se va a jugar un porcentaje altísimo de su futuro.
Aunque todo el mundo apueste por mirar hacia adelante, los tres reveses anteriores exigen movimientos. El Celta ha perdido llegada desde que la maldición de los laterales, que viniendo desde atrás alimentaban el factor sorpresa. Por eso Paco Herrera no cierra la puerta a un ataque más creativo. Quizás sea el momento de que Bustos se multiplique en la contención y Álex López dote de mayor creatividad a un centro del campo en donde la llegada de Michu desde la segunda línea se hace necesaria.
Atrás, todo apunta a que Falcón recuperará la titularidad en la portería y que Vila desplazará del centro de la defensa a Sergio Ortega, aunque Paco Herrera no ha confirmado ninguno de los extremos. Esta vez mantiene el suspense.
Sin embargo, el momento de forma del visitante invita a la prudencia. El Valladolid ha superado una larguísima travesía en el desierto, que le llevó incluso a la antesala de la zona de descenso, para iniciar una escalada que le coloca a las puertas del play off. Los pucelanos tan solo han perdido un encuentro de los últimos nueve disputados, han aprendido a sumar a domicilio, una de sus rémoras, y después de mucho tiempo parece que Abel Resino ha dado con la tecla. Su principal peligro se llama Javi Guerra, uno de los artilleros de la Liga con 19 dianas, que se encuentra inmerso en la lucha por el Pichichi.
A mayores aparece el recelo arbitral. La plantilla céltica estalló tras los sucesos de Sevilla, la federación de peñas ha anunciado una calcetinada para esta tarde en señal de protesta y la contienda ante el Valladolid evaluará si romper la ley del silencio surte efecto. Curiosamente dirigirá la contienda el único colegiado, Pérez Montero, que en 32 partidos ha pitado un penalti a favor de los celestes, aunque de eso hace ya siete meses. Un mundo.
El partido marca además el inicio de la cuenta atrás, las famosas diez últimas jornadas a las que el Celta jamás llegaba enganchado. Este vez llega muy vivo, pero con un margen de error limitado. Tanto, que Herrera cifra en dos tropiezos el máximo de deslices para que el equipo vigués pueda hacerse con una de las plazas de ascenso directo, y en esa hoja de ruta no parece lo más aconsejable desperdiciar la primera bala en el inicio del esprint final. Ganar significaría además meter presión al dúo de cabeza.
Paco Herrera define el margen de error que le queda al Celta para las diez últimas jornadas si quiere optar al ascenso directo. «Si nos equivocamos más de dos veces la primera opción la perdemos, pero si ganamos yo le veo muchas opciones a este equipo, porque significaría la recuperación después de lo visto la semana pasada. Tengo esa ilusión y esa fe, y si nos recuperamos tenemos las mismas opciones que los que están por delante de nosotros», sentenció el entrenador en la víspera de recibir al Valladolid.
Para no quemar la primera de esas dos balas en la recámara, el Celta tiene que reencontrarse con el triunfo en Balaídos, y para conseguirlo Herrera admite que debe hacer algún tipo de movimiento. «Tenemos que cambiar. Las tres derrotas en casa demuestran que nosotros hemos pasado por un bache y que en casa había algo más. Necesitamos un poco más de organización porque nos hemos vuelto un poco locos, hemos tenido muchas problemas en algunas posiciones que nos ha hecho cambiar cosas pero eso tampoco son excusas».
La Federación de Peñas del Celta reiteró ayer la convocatoria de la calcetinada para el inicio del encuentro ante el Valladolid. En su comunicado apuntaban que el objetivo es «mostrar nuestra disconformidad con los arbitrajes sufridos».
La idea es recibir al trío arbitral con una sonora pitada cuando haga acto de aparición en el campo y dejar ver en el graderío los calcetines negros.