El club madrileño reclama el pago de una deuda de 950.000 euros
27 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El Getafe ha pedido el concurso de acreedores para el Zaragoza. Aunque en caso de que se acepte no sería el primero en el fútbol español, sí es inédito que sea un club el que solicite la aplicación de la Ley Concursal a otra entidad. A última hora de ayer, el club maño afirmó que no tenía constancia de la demanda, aunque reconoció la deuda con el club madrileño.
Al parecer, la demanda presentada por el Getafe se debe a la deuda que el club aragonés mantiene con el madrileño por el fichaje de Uche y entró ayer en el Juzgado Mercantil número 2 de Zaragoza. La petición del club madrileño entró en el Decanato el pasado 18 de abril y tras la Semana Santa, que es inhábil a efectos judiciales, ha recaído en el citado Juzgado Mercantil.
El impago del último plazo del traspaso del delantero nigeriano y las tensas relaciones entre ambos clubes están en el origen de la actitud del presidente del Getafe, Ángel Torres, que hace tres semanas amenazó con pedir el descenso del club maño si no hacía frente al pago de la deuda. En la capital aragonesa estaban convencidos de que tras el primer cruce de declaraciones entre ambos, Agapito Iglesias -presidente del Zaragoza- y Ángel Torres habían comenzado a negociar alguna alternativa de pago delos 950.000 euros que se corresponden con el último plazo del fichaje de Ikechukwu Uche por el conjunto maño.
La demostración de que Ángel Torres no había cedido en su pretensión de cobrar cuanto antes la deuda está en el hecho de que el lunes, en el acto en el que anunció la venta del Getafe al Royal Emirates Group, dejó caer que un club había interferido en dicha negociación, apuntando directamente al Real Zaragoza. El presidente de la entidad madrileña aseguró que en los Emiratos Árabes hay inversores interesados en la compra de clubes españoles, pero «en los que están saneados, como el Getafe, no en los que tienen deudas de 170 millones de euros».
Según publicaba ayer El Heraldo de Aragón, ni los responsables de la gestión del Zaragoza ni los abogados de Deloitte, que asesoran habitualmente a la sociedad anónima deportiva aragonesa, «contaban con enfrentarse a una demanda de concurso necesario. Sus previsiones eran otras, bien diferentes». Al parecer, la intención del Zaragoza era pedir un concurso de acreedores voluntario, en principio más beneficiosa para los administradores.