Djokovic amenaza el duopolio

sebastián fest MADRID / DPA

DEPORTES

El serbio puede subir en Roma al número uno y cerrar un ciclo de siete años

10 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El grito de «¡campeones, campeones!» lanzado por el clan de Novak Djokovic resonó en los oídos de Rafael Nadal hasta bien entrada la madrugada de ayer, en la que comenzó a despedirse del número uno que conquistó en agosto del 2008, perdió en julio del 2009 y recuperó hace ya 11 meses.

Novak Djokovic celebraba su título en Madrid, una victoria sobre Nadal en la casa de Nadal. Lo hizo zambulléndose en las aguas oscuras -y bastante estancadas- que circundan el complejo de la Caja Mágica. No gustó en el clan del mallorquín tanto despliegue del serbio, pero en público el español fue claro: «Tiene todo su derecho a celebrar el triunfo».

La tensión entre Nadal y Djokovic era palpable el domingo. El serbio es visto como un personaje simpático por los espectadores, pero a muchos de sus compañeros les molesta su sobreexposición. De ahí que haya pasado ya mucho tiempo desde la última vez que escenificó una de sus burlonas imitaciones de los colegas. Por varias vías, los compañeros le habían hecho llegar un claro «basta» al serbio.

Vuelo de bajo coste

Lo importante, en todo caso, está en la cancha. Lo importante llega ahora, con una serie de semanas en las que Djokovic, ganador de seis torneos e invicto en el 2011, tiene en su mano conquistar ese número uno que antes fue de Roger Federer y ahora es de Nadal, que llegó ayer a Roma a bordo de Vueling, una aerolínea de bajo coste.

Djokovic podría ser número uno esta misma semana si sigue por el camino que viene transitando. Es decir, si gana todo lo que se le cruza por delante. El detalle es que Nadal debería perder antes de semifinales, algo que no es precisamente la costumbre del español cuando juega en arcilla.

«Está finiquitado»

Suceda lo que suceda, Nadal ya dio la batalla por perdida. «El número uno está finiquitado», dijo con semblante serio en la noche del domingo mientras el grito de «¡campeones, campeones!» llegaba desde afuera. Djokovic prefirió ser moderado en sus expresiones: «Si sigo ganando me acercaré al uno, pero trato de no pensar en eso».

La de Madrid fue la primera victoria de Djokovic en arcilla en diez enfrentamientos con Nadal, lo que abre interesantes perspectivas para Roland Garros, un torneo en el que el español buscará su sexto título. Aunque algo es cierto: la arcilla de París, más húmeda y al nivel del mar, es muy diferente a la de Madrid.

En esa arcilla del Bois de Boulogne está la siguiente posibilidad para Djokovic, que tiene mucho que ganar en Roland Garros, un torneo en el que un año atrás cayó en cuartos, mientras Nadal lo ganaba. El serbio puede sumar muchos puntos, el español, como mucho, mantener los que ya tiene.

El ránking mundial de hoy muestra a ambos más cerca que nunca. Nadal suma 12.470 puntos; Djokovic, 10.665.

El primero desde Roddick

Cuando el relevo se produzca -algo que Nadal ve inevitable-, se pondrá fin a una era, porque desde el 2 de febrero del 2004, cuando el estadounidense Andy Roddick perdió el trono, los hombres que se reparten el uno son solo dos: Federer y Nadal, Nadal y Federer.

«Si pierdo el uno no será el fin del mundo», aseguró el español, que ya prepara su próxima batalla. En Roma persigue su sexto título. Djokovic oposita al segundo.