El pelotón del Giro de Italia rindió homenaje a Wouter Weylandt en una cuarta etapa en la que no hubo competición, sino un cómodo paseo de 216 kilómetros entre Génova y Livorno que empezó con un minuto de silencio en recuerdo del ciclista belga fallecido y terminó con el equipo Leopard unido en una sola mano cruzando la línea de meta. Angelo Zomegnan, director del Giro, anunció que se respetaría la voluntad de los corredores. La del equipo Leopard de Weylandt fue salir a la carretera, la del resto de escuadras también, sin disputa por medio.
Una jornada que terminó tras casi seis horas encima de la bicicleta, y de forma muy emotiva. A tres kilómetros de meta, el Leopard se situó en cabeza con sus ocho componentes en fila horizontal, más Tyler Farrar, el estadounidense del Garmin, íntimo amigo de Weylandt. Por detrás, abanderando al pelotón, la maglia rosa, David Millar.
Ocho hombres en una sola lágrima que ocupaba el ancho de la carretera e infinitos metros en vertical, tal vez hasta la altura donde se supone que está Wouter Weylandt, aquel joven de 26 años que se dejó la vida en una curva del Passo di Bocco, un ciclista que dejó algo más que amigos en el pelotón.
Hoy se disputará la quinta etapa entre Piombino y Orvieto, de 191 kilómetros.