Cuatro paradas de camino a Primera

Víctor López VIGO / LA VOZ

DEPORTES

08 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Llegó la hora. Después de meses hablando de la promoción de ascenso, el Celta ya tiene ante sí la vía secundaria por la que acceder a la gloria. Después de que solo Betis y Rayo pudiesen pagar el caro peaje de la autopista del ascenso directo, a los célticos les queda tomar el camino con más curvas pero que también conduce a Primera.

Como unas semifinales de Champions, así es como han definido varios de los protagonistas a estos cruces de los play off. Como sucedió este año con el Madrid-Barcelona, el Celta-Granada tiene tintes de final. Aunque el primer puesto de este cuarteto de privilegio fue para el Elche en el campeonato regular, los dos equipos que durante casi toda la Liga parecieron poder aspirar al tercer peldaño hacia la élite han sido vigueses y granadinos. Por eso esta eliminatoria parece clave.

Al cuadro vigués no le asisten los números. Su racha de las dieciséis últimas jornadas en las que solo ganó dos encuentros es la que le hace parecer el rival más débil. Eso fue lo que el Granada pensó cuando el pasado sábado decidió no hacer nada para ganar en Huelva y evitó el cruce con el Valladolid. Esta elección andaluza ha servido para espolear aún más a los célticos. El valor de un equipo que era líder en febrero ha sido puesto en duda, y da la sensación de le han tocado en su amor propio. Demostrarle a los granadinos que equivocaron su preferencia es su objetivo.

En toda eliminatoria se habla de partidos de 180 minutos, 210 si se llega a un prórroga. Al cuadro vigués le ha ido mucho peor en casa que fuera, por lo que le agrada y le descarga de presión que la primera parte de este duelo se juegue en Vigo. Al estilo Mourinho, en el bando celeste son conscientes de que cuando no reciben goles, tienen gran parte del trabajo hecho. Herrera va a poner a su equipo de gala, mientras Fabri suspirará por la ausencia de Álex Geijo. El Granada es menos fiero sin su máximo goleador, aunque de batallas ganadas sin el estandarte al frente está la historia repleta. O quizás no sean tantas.