La pretemporada del Celta está siendo más movida de lo habitual. Comenzó por una campaña de abonados y continua por jugadores apartados a dos semanas del comienzo de Liga.
09 ago 2011 . Actualizado a las 19:38 h.En verano, cuando a uno le gustan las telenovelas, y su favorita se acaba, lo mejor para volver a engancharse a algo es seguir al Celta. Este año la pretemporada está siendo de lo más entretenida para todos aquellos a los que les guste el morbo. Todo comenzaba el pasado 21 de julio. Por aquel entonces, el equipo vigués hacia pública la campaña de abonados para la temporada 2011/12, después del reclamo de muchos aficionados debido a su tardanza. El Celta la presentaba como una campaña llena de numerosas «novedades» y «ventajas». Y tanto que las tiene.
El final agridulce de la temporada anterior, dejaba a muchos celtistas con la miel en los labios, con ese quiero y no puedo del ascenso. Ganas de ascenso y de por fin conseguir un objetivo, pero sobre todo, a una afición ilusionada con el equipo, con el proyecto. Enganchada.
Con la llegada de Carlos Mouriño en el 2006 al Celta, también llegaron muchas novedades con respecto a los abonos. Entre ellas, la ampliación del Carné Joven hasta los 26 años. Esta medida alegraba a muchos y sobre todo los beneficiaba. Pero es ahora cuando, los jóvenes, los fieles, los que se enganchan y son capaces de atraer como imanes a los demás, los que se han visto más perjudicados con la reducción de la edad a los 23 años. La supresión de la categoría supone un aumento en algunos casos de 236 euros de una temporada a otra en su abono. Pero ¿por qué se suprime ahora? Después de que la temporada anterior, el sueño estuviera cerca de cumplirse, el equipo lo que necesita es el apoyo de la afición. Esa afición puesta en entredicho muchas veces, dada su «frialdad» pero que siempre está cuando se le necesita. Y ¿no se le necesita esta temporada?.
Los jóvenes, los más afectados con las «numerosas novedades y ventajas» de la campaña de abonados, son los que más complicado lo tienen para afrontar semejante subida, pero a nadie parece importarle.
En el siguiente capítulo de casa Celta el protagonista fue el himno. Alguien (no sabemos quien) tuvo la idea de serigrafiar en la camiseta celtiña su himno. Buena idea, sin duda, sobre todo cuando si se hace, se hace correctamente. La polémica se produjo cuando al leerlo, el himno de la entidad, los ojos salen de sus órbitas cuando uno se percata de que ¿en gallego o castellano?
En lo deportivo, la pretemporada está siendo también movidita. Antes de las vacaciones, Paco Herrera dejó claro los jugadores con los que no contaría para esta próxima campaña. Ortega, Murillo y Papadopoulos fueron los primeros en conocer que su futuro no seguiría en Vigo. Ahora, a dos semanas de comenzar la Liga, el entrenador del Celta mantiene apartados del equipo a Garai y Trashorras. Presionar su salida parece el objetivo, pero y si no salen, ¿cómo se quedará el vestuario?
Lo más sorprendente de todo es el silencio, que ningún mandatario del club haya salido explicando la situación del equipo, de los descartados y de la necesidad imperiosa de fichajes para cubrir la larga y dura temporada en Segunda.