Dirige ahora los servicios médicos del Hércules, rival el domingo en Riazor
31 ago 2011 . Actualizado a las 11:18 h.«Por mí que no existiera este partido». Tras 16 años en el Deportivo, al doctor César Cobián se le hará extrañísimo sentarse en el banquillo visitante de Riazor. Desde este verano dirige los servicios médicos del Hércules, que el domingo se enfrentará al Dépor en un duelo entre recién descendidos de Primera División. «Los años del Dépor son mi vida y estarán conmigo siempre. Mi casa en Alicante está llena de placas y trofeos y el 99 % son del Dépor. Llegué en los 90 como un manzanillo y me fui en el 2007 saturado de fútbol y atraído por un proyecto muy bonito como el de la Calderona, pero no tardaron en convencerme para volver a un club. Al final tenía mono», afirma.
Antes de que este verano recibiese la llamada del Hércules, trabajó dos años en el Castellón, que acaba de descender a Tercera por impagos. «Allí experimenté la parte más triste: comer bocadillos porque no llegaba el dinero para la cena o la comida, viajes de cinco o seis horas en microbús, hacer un fondo común para los gastos... A veces el fútbol no es tan bonito como lo pintan», señala.
Sus recuerdos de A Coruña, en cambio, están ligados a «la mejor época del equipo». «En el Dépor nunca viví momentos malos, aunque es cierto que en los últimos años ya no era lo mismo. Mi último partido fue contra el Espanyol en Barcelona con Caparrós y guardo un buen recuerdo, porque Andrade me regaló su camiseta. Pero toda mi vivencia en A Coruña fue así. Ganamos la Liga, el centenariazo, la Copa con el gol de Alfredito, el penalti de Djukic y que cuando no creíamos volver a tener la oportunidad de ganarla lo hicimos con Irureta... He sido un afortunado de vivir lo que he vivido y Dios sabe dónde estaré mañana», recuerda.
Por eso ni se plantea volver a su puesto en el Deportivo. «Sigo manteniendo magníficos amigos, el doctor Barral, [el delegado] Barritos, [el utillero] Suso,... Me dolió mucho el descenso. En el último partido me estaba comiendo el televisor, pero la reacción de la afición ha sido tremenda», dice. Eso sí, el partido del domingo será un mal trago para él. «Ojalá no tenga que saltar al campo para nada y todo pase rápido. ¿Si firmo el empate? Para mí lo mejor sería que al final de temporada el Dépor y el Hércules subieran a Primera, que es donde tienen que estar», desea.