Sebastian Vettel se proclamará campeón dentro de quince días, en el Gran Premio de Japón, a menos que haya una debacle que, por lo visto este año y más concretamente en Singapur, no va a ocurrir. El germano venció con una autoridad aplastante, por delante de Jenson Button y Mark Webber, y dejando el campeonato a solo un punto. Si acaba décimo en Suzuka, será el bicampeón del mundo más joven de la historia. Y también si Button no gana esa carrera.
El cuarto puesto de Fernando Alonso es un buen resultado, visto cómo se desarrolló la carrera ya que, como él mismo admitía, lo suyo hubiera sido acabar quinto. Su salida fue, de nuevo, excelente. Llegó a la primera curvas en tercera posición, pero poco a poco el juego de neumáticos superblandos (los que, en teoría, deberían haberle funcionado mejor), sufrieron una degradación demasiado alta para lo esperado.
Ni en el muro de Ferrari, ni en el cockpit del F150, se explicaban qué estaba pasando para que el monoplaza rojo sobrevirase de una manera que hacía imposible la conducción. Lejos de poder luchar por alcanzar a Jenson Button, y mucho menos a Sebastian Vettel, el español solo se pudo dedicar a defenderse de los ataques de Mark Webber.
Cuando montó las gomas blandas, el compuesto más duro para esta carrera, el rendimiento del Ferrari mejoró notablemente, pero justo en ese momento se encontró con un piloto que, sin estar doblado, Paul Di Resta, no estaba luchando por posición con él, ya que le tocaba parar en boxes. El de Force India -cuajó una notable carrera, acabando sexto- le hizo perder mucho tiempo, el justo para que Mark Webber le alcanzara y que Jenson Button se escapara definitivamente. Por si fuera poco, con la salida del coche de seguridad, fue de nuevo el español el gran perjudicado. El motivo de la ralentización de la carrera fue una inesperada acción de todo un veterano como Michael Schumacher. Intentaba superar al mexicano Sergio Pérez cuando se precipitó al entrar en una curva, se le echó encima y acabó saliendo por los aires para estrellarse contra el muro. Pese a lo espectacular del choque, el káiser salió por su propio pie.
Cuando quedaban cinco giros para el final, y realmente parecía que Button iba a disputarle la victoria a Vettel, el de McLaren se encontró con los dos Williams doblados, que le frenaron lo justo para cortarle la remontada. El accidente de Jaime Alguersuari a falta de dos vueltas solo confirmó que la prueba ya estaba decidida para Sebastian Vettel, que estuvo acompañado en el podio por Jenson Button y Mark Webber.
El champán correrá en el motorhome de Red Bull dentro de dos semanas. En Suzuka, Vettel no tendrá más que acabar la carrera en el décimo puesto o esperar a que Button no gane.