No hay falsa modestia en Novak Djokovic, indiscutible favorito en el Open de Australia que comienza hoy (a diario en Digital +, Sportmanía y Eurosport). Al primer grande del año opositan en Melbourne el serbio, sobrado de superioridad en el 2011, y otros 127 jugadores. «Ya lo hice una vez. ¿Por qué no dos? ¿Por qué no ser optimista y positivo ante toda la temporada?», se pregunta. La duda se empezará a desentrañar mañana, cuando debute contra el italiano Paolo Lorenzi. Después de una temporada extenuante, pasó más de un mes sin competir -con la excepción de su triunfo en la exhibición de Abu Dabi con victorias ante Roger Federer y David Ferrer-. Porque dentro de una campaña soberbia, en los últimos meses comenzaron a brotar síntomas de cansancio o debilidad: aquellas derrotas en el Masters de Londres, los tropiezos contra jugadores muy inferiores como el japonés Kei Nishikori y su compatriota Janko Tipsarevic, o incluso los abandonos ante Andy Murray y Juan Martín del Potro.
el cuadro
Rivales asequibles para rodarse en las rondas iniciales
Djokovic arranca sin apenas rodaje, pero el cuadro al que se enfrenta en Australia le permitirá ir afinando la forma a medida que avance el torneo. «He tenido tiempo para recuperarme y prepararme. Me salté la primera semana de la temporada para prepararme para Melbourne», considera el serbio, que tiene garantizado el número uno mundial al menos hasta abril. Después de Lorenzi, su hipotético camino hacia la final le enfrentaría con el colombiano Santiago Giraldo en segunda ronda, Radek Stepanek en tercera, Andy Roddick en octavos, David Ferrer en cuartos y Andy Murray o Jo-Wilfried Tsonga en semifinales.
el torneo
Doble campeón en Melbourne, donde encuentra unas condiciones propicias
La carrera de Djokovic viaja íntimamente ligada al Open de Australia. En Melbourne ganó en el 2008 su primer grande, y allí abrió el pasado año su campaña triunfal. Salvo por el calor extremo que condiciona algunos de los partidos, el torneo ofrece unas condiciones propicias para el serbio, que además ya aprendió a sufrir en partidos a cinco sets. Encuentra en la pista dura -Plexicushion, la denominación comercial en el primer major- un terreno abonado para su tenis ofensivo. «La gente va a estar buscando grietas en su armadura desde el principio, expectantes por si puede causar una decepción, buscando que esté algo más cansado mentalmente. Si no se muestra así, ganará el torneo y le veremos en la misma forma como lo vimos durante la mayor parte del año pasado. Será un problema para el resto de jugadores», explica Darren Cahill, exentrenador de varios top-ten, y uno de los grandes gurús del tenis mundial.
EL JUEGO
La necesidad de evolucionar, la búsqueda de la red
Todos los grandes han ido evolucionando a medida que avanzaba su carrera. No hay otra forma de no quedarse atrás. Rafa Nadal es un buen ejemplo, de portento defensivo y especialista en tierra, a jugador todoterreno. Djokovic admite la necesidad de dar otro paso en su juego para seguir dominando el tenis actual. «No creo que, en general, mi juego deba cambiar. Pero tengo que seguir con constancia, trabajar en algunos aspectos, quizá subir más a la red, y trabajar un poco más en mi servicio y en su variedad», considera el serbio, a los 24 años en su mejor momento.
la mente
Doce meses para ver al viejo o al nuevo Nole
De un tiempo a esta parte, el tenis mundial ha visto a un Djokovic profesional, rocoso, nuevo. Porque durante años se mostró -no solo fuera de la pista, sino también dentro- como un jugador teatral, irascible, irregular. Con los resultados de cara, el 2011 dibujó la imagen de un tenista más maduro. Cabe comprobar ahora si un tropiezo prematuro quebraría su evolución reciente y le devolvería a las penumbras de sus primeros días como una estrella del tenis mundial. «Haber jugado los últimos años al máximo nivel me ayudó mucho para ganar confianza y experiencia, aprendiendo lo que hay que hacer en la pista y fuera de ella. Creo que he madurado en general», confía el serbio, que en el curso pasado ganó tres grandes (Australia, Wimbledon y el US Open) para diez títulos en total.
LOS RIVALES
Nadal, Federer y muy pocos jugadores capaces de desarbolarle
¿Quién le puede poner el cascabel a Djokovic? Nadie le hizo frente en el 2011 como Roger Federer. El suizo respondió a su tenis eléctrico con un juego todavía más rápido, agresivo y preciso, en las semifinales de Roland Garros y el US Open -aunque en esta última le faltó solo un punto para superarlo-. No lo derrotó ni una sola vez en el 2011, pero estuvo varias veces cerca Rafa Nadal, otro de sus grandes rivales. Aunque el serbio solo vería al suizo y al español en una hipotética final. Al margen de los dos de siempre, muy pocos tenistas tienen talento hoy para ganar a un Djokovic en forma. Jugará en gran medida contra sí mismo y la presión de su fantástico 2011. «Obviamente fue el mejor año de mi carrera. Va a ser muy difícil repetir lo que hice», admite Nole, que ganó 70 encuentros a lo largo de la temporada y no quiere mirar a muy largo plazo. «No pienso más allá de Australia. Sólo pienso en este torneo. Quiero empezar el año bien, como el resto», matiza.
el torneo femenino
Seis aspirantes al número uno mundial
Si Djokovic acapara el gran protagonismo en el torneo masculino, el femenino profundiza en el escenario abierto de las últimas temporadas. Defiende el título la belga Kim Clijsters, y hasta seis jugadoras pueden salir de Melbourne convertidas en líderes del ránking mundial: Caroline Wozniacki, Petra Kvitova, Victoria Azarenka, Maria Sharapova, Samanta Stosur y Agnieszka Radwanska. La pontevedresa Lourdes Domínguez debutará mañana contra la serbia Ana Ivanovic, que fue número uno mundial en el 2009.