Parafraseando el título de una vieja película, el lateral izquierdo céltico Roberto Lago podría protagonizar Siete novias para un hermano. Desde el pasado verano han querido casarlo futbolísticamente con un rosario de equipos. Primero se habló de que el Granada ya le había echado el guante. También por esas mismas fechas una emisora de radio reveló el interés del Sporting de Braga para hacerse con los servicios de este joven valor celeste, incluso su contratación se supeditó al posible ascenso del Celta, para que el futbolista decidiese mejor su futuro.
La lista de candidatos al fichaje de Roberto Lago se fue ampliando con nombres de equipos de la Primera División, entre ellos el Betis, Valencia y Osasuna. El último que sonó hace poco fue el Sevilla, pero ayer el propio futbolista lo desmintió con un «otro más...» y dejando escapar una sonrisa.
La única realidad es que tiene contrato en vigor con el Celta y para una temporada más, sin contar la actual. Lago ya manifestó en alguna ocasión su intención de seguir en el club vigués muchos años más. Hubo un momento en que parecía próxima su renovación, pero se estancó y así sigue, pese al interés de ambas partes.
Roberto Lago acaba de superar un proceso gripal, aunque admitió ayer que estaba «algo débil», se ve con fuerzas para jugar el próximo partido de liga en Girona, que está fijado para las seis de la tarde del sábado.
«No fue un proceso gripal tan fuerte como otros que tuve y, con el paso de los días, confío en poder estar bien», aseguró.
Refiriéndose a la pasada actuación en Córdoba, donde el Celta se mostró como una muralla infranqueable, reconoció que en la primera parte había sufrido algo, «porque nos costaba salir arriba con el balón controlado, pero estuvimos muy firmes atrás y, en los últimos 20 minutos incluso casi logramos ganar», señaló.
Resaltó la mejoría del equipo, que se ha visto plasmada en cinco partidos sin encajar goles.