Tras el clásico, el técnico portugués esperó a Teixeira junto a su coche para acusarle de querer «joder a los profesionales».
26 ene 2012 . Actualizado a las 23:25 h.El Real Madrid salió fortalecido del Camp Nou, ya que pesar de su eliminación copera dio la sensación de poder asaltar el imperio del Barça, pero la figura de José Mourinho se debilitó aún más. Por tirar la eliminatoria con su ultraconservador planteamiento de la ida y reincidir en una actitud victimista tras el partido que contrastó con el orgullo exhibido en el campo por sus jugadores. 'Mou' volvió buscar coartadas extradeportivas y, ya de madrugada, protagonizó un incidente insólito en un técnico de su caché con el árbitro cántabro Fernando Teixeira Vitienes.
Según descubrió 'El Mundo Deportivo', el entrenador portugués se dirigió a la zona del estadio azulgrana que conoce a la perfección tras su etapa culé, por la que los colegiados abandonan las instalaciones en sus vehículos. Allí esperó a que apareciesen Teixeira y sus ayudantes para señalarles como culpables de la eliminación de los suyos. «¡Vaya artista, como te gusta joder a los profesionales»!, espetó Mourinho a dos metros de distancia del juez que completó una actuación desastrosa, con graves errores que afectaron a los dos equipos aunque no pocos críticos y tertulianos de la capital hablan, sin ambages, de «robo».
Mou fue cazado en esta actitud, más propia de Tercera Regional que de un director técnico top que percibe 80 millones de euros brutos al año, después de que en la conferencia de prensa se negara a hablar del árbitro. Cuando se le preguntó si había encontrado la fórmula anti Barça, utilizó a sus jugadores para anunciar que en el vestuario del Madrid había oído exclamar que «es imposible ganar en el Camp Nou».
A lo largo de este jueves, el Madrid meditó la posibilidad de denunciar el arbitraje de Teixeira ante el Comité Técnico de Árbitros (CTA). Desde el club se considera que el trencilla les escamoteó tres penaltis, uno por mano de Busquets, otro por mano de Abidal y el tercero por derribo de Puyol a Benzema, y que erró en la expulsión de Sergio Ramos. Sin necesidad de recibir quejas oficiales, el organismo presidido por Sánchez Arminio se reunió para enjuiciar la labor del colegiado, al que calificó con un suspenso.
Según adelantó el diario ABC, el CTA le condena a la nevera por sus errores técnicos a la hora de mostrar las tarjetas y su falta de carisma y de personalidad, ya que se mostró débil y superado por los acontecimientos. Tal y como le ocurrió al aragonés Clos Gómez con el Barcelona a raíz de un enfrentamiento con Guardiola, el mayor de los Teixeira no volverá a pitar este año al Real Madrid. Dirigirá más partidos pero no juzgará ningún otro encuentro del actual líder.
Condicionado por la ida
Aunque el resultado del choque de ida condicionó la vuelta y la incógnita es saber si Mourinho aprendió la lección y saldrá al ataque en el próximo clásico, en el club blanco se cree que este partido marcó un punto de inflexión, una especie de fin de ciclo psicológico. Los jugadores se han dado cuenta de que son capaces de mirarle de frente al Barça, de discutirle la posesión de balón y de hacerle sufrir con intensidad, fuerza, valentía y agresividad. El Madrid ofreció una imagen notable en la final de Copa y en la vuelta de semifinales de 'Champions' y de la Supercopa , pero nunca con Mourinho había sido tan superior como el miércoles. Puso al Barça al borde del KO con una remontada monumental y dejó patente que con los mejores, sin ser medroso como en el Bernabéu, sí se puede. El propio Guardiola reconoció que cada vez les resulta más difícil ganar y confesó que «el Madrid es infinitamente mejor en el aspecto físico», muy difícil de frenar cuando juega con tanto futbolista ofensivo.
El vestuario se muestra orgulloso del juego y el amor propio del equipo. «Parecía que estaban un peldaño por encima pero ahora se ha igualado», insistió Casillas tras reconocer, con naturalidad, su error de animarle a Teixeira a irse «de fiesta con ellos». El Madrid sigue sin perder en los diez partidos con Özil y Kaká de titulares. Mostró fortaleza y cayó de pie, con dignidad. Fue un bloque con empaque y como señala Xabi Alonso, contradiciendo a su entrenador, evidenció que «no es imposible ganar en Barcelona».
Los merengues creen haber roto una barrera mental que les acomplejaba.
«Psicológicamente nos hemos quitado esa ansiedad, ese miedo a perder que quizá nos ha bloqueado», celebra Arbeloa. Regresaron a los entrenamientos tristes pero a la vez contentos porque entienden que el Barça le ha visto las orejas al lobo. «Ellos saben que fuimos mejores y merecimos ganar», expone Granero, infrautilizado por Mourinho y centrocampista que mejoró las prestaciones del equipo cuando entró por un Lass al filo de la expulsión.