Nando vive el fútbol con intensidad. Dejó su impronta como futbolista en el Superdépor (una Copa del Rey y una Supercopa) y pretende hacer lo mismo como entrenador.
-¿Cuándo decidió ser técnico?
-Es que no lo tenía decidido. Desconecté un poco cuando colgué las botas. Pero luego se me metió el gusanillo. Estuve en el Ural. Y mi esposa fue la que más me animó. Ella me conoce. Sabe que he sido un toxicómano del fútbol. Empalmaba varios partidos, desde Primera a Regional. Ahora no es para tanto. Al menos solo veo los de Tercera, Segunda B y Preferente.
-El vídeo no es de uso común en estas categorías. ¿Cómo hacen la selección de jugadores?
-Yendo a muchos partidos a muchos campos. Si me han visto durante años en muchos sitios no es porque fui a figurar, a hacerme ver. Sino para observar futbolistas.
-Los entrenadores de su generación han superado definitivamente a la vieja escuela.
-Bueno, ahí está el caso de Javier Clemente, al que han resucitado cuando parecía que estaba muerto.
-Es otra forma de ver el fútbol.
-Yo hice el curso con gente como Pochettino, Karanka, Fernando Hierro, Toni, Cristóbal y el Mono Burgos, que ahora está con Simeone en el Atlético de Madrid.
-¿Les observa para comprobar cómo evolucionan?
-Por supuesto, fíjate en Pochettino en el Espanyol. Le dieron confianza y libertad. Eso lo es todo. Permite ir creciendo y hacer crecer al club, pero paso a paso, afianzando cada aspecto.
-Es fácil de decir.
-Pero complicado de hacer. Además, hay mucha competencia. Hoy en día, hay que hacer algo interesante para llamar la atención de un club.