Recordando cuando los Heat tocaron la gloria

M.G. Reigosa

DEPORTES

02 may 2012 . Actualizado a las 11:12 h.

No es que este Obradoiro tenga muchos paralelismos con los Heat de Miami que consiguieron el anillo de la mano de Pat Riley. Si acaso, verse ante la oportunidad de hacer historia. Unos buscaban su primer anillo, los otros pretenden echar el ancla en la Liga Endesa. Y ambos con planteles bastante veteranos.

Antes del quinto partido de los Heat frente a los emergentes y más jóvenes Bulls de Chicago, Riley, viendo que al equipo le costaba aguantar el ritmo de su rival, cogió un cubo de hielos, metió la cabeza dentro durante más de un minuto y salió morado. Los jugadores tomaron nota: era posible apretar tanto como el adversario.

Ante Dallas, después de perder los dos primeros partidos e ir diez abajo en el descanso del tercero, cuentan que Riley, en mitad de la arenga, cogió cinta adhesiva y selló sus labios. Los jugadores tomaron nota: no era cuestión de inventar la pólvora, de lo que se trataba era de hacer bien lo que sabían hacer. Y lo hicieron. Ganaron ese encuentro y los dos siguientes y regresaron a Dallas con ventaja, a una victoria de la gloria.

Riley, siempre impecable en el porte y en la indumentaria, jamás se ponía el mismo traje dos contiendas seguidas. Y solo se llevó uno a Texas. Los jugadores entendieron el mensaje: toca ganar, no habrá séptimo partido. No lo hubo.

El Obradoiro, pese a las dos últimas derrotas, sigue a un solo paso de hacer historia. No parece que esos dos traspiés respondiesen a una inferioridad física o a que el equipo no esté debidamente trabajado. Antes al contrario, los deberes están hechos.

A veces es más importante un gesto. Como cuando Fernando Martín, descartado en una eliminatoria ante el Barça por sus dolencias de espalda, cogió el Puente Aéreo y entró en el comedor, para sorpresa de sus compañeros, diciendo: «No me he levantado para perder».

El Obra está a una victoria de la gloria. Tiene dos oportunidades y motivos para creer. Lo que no hay es margen para titubear. Con o sin gestos.