Los jugadores acudirán en primer lugar al Palacio de la Zarzuela para ofrecer el título al rey y después recorrerán las calles de Madrid en un autobús descapotable para celebrar el triunfo con la afición
03 jul 2012 . Actualizado a las 18:45 h.Nuevo atardecer mágico en Madrid. El centro de la capital de España volvió a teñirse de rojo para recibir, una vez más, a la selección española de fútbol. Lo que hace cuatro años, tras el primer éxito en la Eurocopa, era algo inédito, hoy parece una costumbre.
Camisetas y banderas de España ataviaron al cerca de medio millón de seguidores de la selección, según algunas fuentes, que salieron a la calle para recibir a los campeones. Personas que acudieron con la certeza de ver poco a los jugadores, pero con la misión de ser vistos por ellos, de hacer número y agradecerles así la alegría que en tiempos difíciles les han hecho vivir de nuevo. Comportamiento ejemplar de todos ellos, salvo de algunos, que llegaron a encender alguna bengala, sin mayores consecuencias.
En esta ocasión, el lugar elegido para la celebración final fue la plaza de Cibeles, que bajo la atenta mirada de una diosa con la bandera española sobre los hombros, recibió a personas de todos los rincones del país para celebrar el título conseguido en Kiev. Los clásicos gritos de «¡Campeones, campeones!» y «¡Sí, sí sí, la copa ya está aquí!» o «¡Yo soy español, español, español!» fueron repetidos por los asistentes mientras la música de Manuel Carrasco, Chenoa o Melendi amenizó la espera. En su contra, un intenso calor que ni siquiera fueron capaces de aliviar los manguerazos de agua lanzados por los bomberos. Incluso las banderas pintadas en las caras mantuvieron poco tiempo su forma. Enseguida se convirtieron en una mezcla anaranjada que daban color a mofletes de todas las edades.
Antes de su llegada a la plaza de la Cibeles, en el autobús descapotable dispuesto para la ocasión, la copa pasaba de unas manos a otras. La grande y vacía, porque también tenían presencia otras más pequeñas y llenas, además de cervezas y refrescos. La gente no paraba de saludar a los futbolistas desde las aceras, los puentes y los balcones, mientras que los jugadores devolvían el ademán en pequeños grupos.
En la parte de atrás, Arbeloa, que se lanzó del vehículo para charlar con un policía, descorchó una botella de champán y empapó al capitán, Iker Casillas, que no tuvo más remedio que secarse la cara. El portero estuvo siempre muy pendiente de Álvaro, el hijo del seleccionador Vicente del Bosque, que fue uno más en la celebración.
Alrededor de las 21.20 horas de la tarde, los jugadores botaron a su llegada a la plaza de Cibeles, zarandeando el autobús de un lado a otro, al ritmo del Seven Nation Army del grupo The White Stripes (más conocido por el 'lo,lo,lo,lo,lo,lo,lo' de su estribillo).
Irrumpieron en el escenario colocado frente a la casa del ayuntamiento de Madrid para dar rienda suelta a sus emociones. Todos con camisetas con el lema «Campeones de Europa», se bañaron mutuamente con cerveza mientras bailaban el I will survive. Gafas de sol, sombreros y pelucas eran algunos de los complementos preferidos de los internacionales, que también llevaban sus respectivas banderas regionales.
Recibidos por el rey
Un día después de conquistar en la Eurocopa su tercer título grande consecutivo, laselección española de fútbol fue recibida en Madrid por el rey Juan Carlos, que alabó su espíritu de equipo por encima de las individualidades. «Si sois buenos cada uno de vosotros, como equipo sois formidables», dijo el monarca a los jugadores en el Palacio de la Zarzuela.
Con el trofeo en las mano del capitán, Iker Casillas, hasta la residencia oficial del rey se desplazó esta tarde el equipo dirigido por Vicente del Bosque, poco después de aterrizar en Madrid procedente de Kiev tras una noche sin mucho descanso, tras el esfuerzo del 4-0 a Italia y la fiesta posterior en la capital ucraniana. En el Palacio de la Zarzuela los esperaban también los príncipes Felipe y Letizia con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía -vestidas con la camiseta de la selección- y la primogénita de los reyes, la infanta Elena, con chaqueta roja. La reina Sofía no pudo estar por encontrarse de viaje oficial en Filipinas.
«No es fácil hablar a unos tricampeones», les dijo el rey Juan Carlos en un discurso improvisado en las escalerillas de entrada al palacio, donde todos se hicieron una foto de familia. «Nos habéis dado una alegría no sólo a nosotros, sino a toda España». El monarca tuvo unas palabras especiales para Del Bosque, con el que el equipo conquistó también hace dos años el título mundial. «Ha hecho un trabajo magnífico», ensalzó el rey al seleccionador.
Casillas entregó al monarca una camiseta del equipo firmada por todos los jugadores. «Para que se acuerde de esta Eurocopa en la que hemos conquistado un nuevo título para España», le dijo el portero.
La selección española aterrizó en Barajas a las 15.40 horas, donde decenas de periodistas y centenares de trabajadores del aeropuerto se congregaron en el Pabellón de Estado para recibirlos. El equipo ha viajado a Madrid a bordo de un avión Airbus 319 pintado con la leyenda «Orgullosos de nuestra selección», en el que según ha comentado la tripulación del avión, se han mostrado eufóricos y con muchas ganas de llegar a Madrid para compartir con la afición el título europeo.
A su entrada al Pabellón de Estado, el avión ha sido recibido por los bomberos de Barajas, que han hecho un arco con agua para dar la bienvenida a la selección española. Nada más abrirse la puerta del avión ha aparecido el capitán del equipo, Iker Casillas, que ha sido el encargado de portar la copa que los acredita como ganadores de esta Eurocopa.
Mientras se dirigían a los autobuses, los jugadores han sido vitoreados y aplaudidos por decenas de trabajadores de Barajas que se habían agolpado en las pistas cercanas a las de la aeronave.
Sin Rajoy
Al contrario que hace cuatro años, cuando el entonces presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, recibió en La Moncloa a la selección tras ganar la Eurocopa de Austria y Suiza, en el palacio de gobierno no hubo festejo en esta ocasión. El actual jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, viajó a Sevilla para participar en una reunión de la directiva de su Partido Popular (PP) y allí tuvo palabras de reconocimiento a la selección. «En cualquier parte de España todos compartimos la misma alegría por la victoria de ayer», dijo.
«Estamos muy contentos por el buen fútbol y por el excelente ambiente y la calidad humana (de todos los integrantes del equipo), incluido su entrenador. De todos ellos nos acordamos hoy aquí en Sevilla», manifestó el jefe del Ejecutivo, que sí estuvo en la final en Kiev, junto al príncipe Felipe.
Más información
España golea a Italia y conquista la Eurocopa
España 4 - Italia 0: Así lo contamos al minuto
Fernando Torres consigue la Bota de Oro, galardón al máximo goleador de la Eurocopa