El jugador gallego fue nombrado MVP (jugador más valioso) de la final
16 jul 2012 . Actualizado a las 12:02 h.A la tercera fue la vencida. Después de dos finales consecutivas con el amargo sabor de la plata, la generación de oro del balonmano español asaltó lo más alto del podio. Los júniores, casi todos nacidos en el año 1992, se proclamaron campeones de Europa por primera vez en la categoría sub-20 después de borrar de la cancha en Turquía a Croacia, a la que derrotaron por 34-21 con el lalinense del Academia Octavio Pablo Cacheda como jugador de referencia. El gallego fue nombrado MVP (jugador más valioso) de la final. Otros dos paisanos, David Chapela (vigués del Teucro) y Víctor Rodríguez (Seis do Nadal) ayudaron a la selección de Alberto Suárez a firmar un oro histórico. Hacía 16 años que una selección júnior española de balonmano masculino no disputaba una final.
El triunfo no es ninguna sorpresa. Este mismo equipo, con retoques, ya acumulaba dos finales en edad juvenil. En ambas había estado Pablo Cacheda, quien ha ido creciendo y ganando galones dentro del grupo hasta convertirse en el central sobre el que pivotaba todo el juego de España. Ayer incluso asumió un rol goleador (5 tantos) para ser el segundo máximo realizador de España. Víctor Rodríguez también marcó un gol.
En un año en donde fue elegido el mejor debutante de la Liga Asobal, asumió el liderazgo desde el principio conduciendo a la selección a un pleno en la fase de grupos y a alcanzar las semifinales con una única derrota, en un partido intrascendente ante Croacia. Ayer se tomaron la revancha.
El éxito es todo un estímulo para un deporte que ha entrado en barrena por la crisis económica, lo que abrirá todavía más las puertas de la Asobal a esta generación de oro.