La sombra de la corrupción persigue al presidente de la FIFA
18 jul 2012 . Actualizado a las 11:55 h.La palabra «dimisión» no entra en el diccionario del políglota Joseph Blatter, que aseguró que no se le ha pasado por la cabeza renunciar a su cargo de presidente de la FIFA.
A pesar de la sombra de corrupción que persigue al ente rector del fútbol mundial desde hace meses, Blatter se presentó ayer ante el comité ejecutivo en Zúrich como el gran reformador con la grandilocuente aprobación de un código ético y la creación de un comité ético.
Menos locuaz fue el suizo de 76 años cuando se le preguntó por su futuro personal. «Comprenderá que si reaccionara cada vez que alguien en el mundo dice que debo dimitir, estaría siempre enfadado».
«Sin comentarios», dijo cuando se le preguntó si se había disculpado antes los componentes del comité ejecutivo al arrojar él mismo sospechas sobre la concesión del Mundial de 2006 a Alemania, lo que desató en el país numerosas peticiones de dimisión. «Solo la asamblea me puede pedir la renuncia. Si no me quieren más, diré: Gracias, he cumplido con mi trabajo. Me levantaré y me iré sin más», prometió el jefe de la FIFA.
Los representantes alemanes descartaron una petición formal de renuncia contra Blatter, que preside el ente desde 1998 y que fue elegido hasta 2015 pero que está en el punto de mira por el reciente escándalo de sobornos.
«Soy un presidente feliz porque nuestro proceso de reforma continúa. Seguiré acompañando este proceso como presidente», dijo tras nombrar al juez alemán Joachim Eckert y al fiscal estadounidense Michael García para dirigir las dos cámaras de una nueva comisión ética que combatirá los casos de corrupción.