Las españolas Marta Domínguez y Natalia Rodríguez despejarán el lunes la incógnita que persiguió a su estado de forma antes de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Domínguez, que hace meses que no habla públicamente, disputará la final de los 3.000 metros obstáculos después de recuperarse a última hora de la lesión que alegó a finales de junio. Natalia Rodríguez correrá por primera vez en el 2012 directamente en la primera ronda de los 1.500 metros de los Juegos Olímpicos, después de pasar casi un año sin competir. Marta y Natalia son las dos grandes opciones de medalla del equipo español de atletismo en la mayor cita mundial del deporte, o más bien dos de las muy pocas opciones en el atletismo.
La saltadora de altura Ruth Beitia llega en un buen momento tras su oro en el Europeo de Helsinki, pero su rendimiento en las grandes competiciones siempre ha sido discreto. Es en la pista, en las piernas de las dos corredoras, donde están depositadas las esperanzas de un deprimido atletismo español, que en plena transición generacional no encuentra relevo para sus referentes en la última década.
A sus 36 años, Domínguez es la atleta más exitosa en la historia de España. Doble campeona de Europa y dos veces subcampeona mundial de 5.000 metros, la corredora decidió pasarse a los 3.000 obstáculos en la recta final de su carrera en busca del éxito olímpico, su gran asignatura pendiente. Sin embargo, en Pekín 2008, la española se cayó en la última vuelta, cuando iba en el grupo de cabeza, y no pudo acabar la carrera. Atenas 2004 se lo perdió por una inoportuna lesión en un pie. Y cuatro años antes, en Sídney, un resfriado la sacó del 5.000.
En Berlín 2009 logró su mayor éxito al ganar el oro mundialista en los 3.000 obstáculos, pero en diciembre del 2010, su nombre se vio envuelto en la Operación Galgo, una redada antidoping en la que se la acusó de tráfico con sustancias dopantes. La española fue exculpada en julio del año pasado. Desde entonces, la atleta limitó su exposición pública.
Apenas un mes antes de Londres 2012, Domínguez se retiró de su primera carrera en el Europeo de Helsinki quejándose de una lesión en el muslo. Sin embargo, en la serie clasificatoria del sábado corrió con gran soltura -aunque siga sin dominar la técnica para superar obstáculos- y avanzó fácil, reservando energías, a la final del lunes.
Natalia Rodríguez es una incógnita aún mayor. Desde su bronce en el Mundial de Daegu 2011, la retraída mediofondista no ha vuelto a competir. Un esguince a principios de año le impidió entrenar con normalidad hasta marzo, pero en su entorno aseguran que está en forma. «Llega en plenitud a Londres», aseguró su entrenador, Miguel Escalona. «En este tipo de campeonatos, la madurez en carrera es importante. La experiencia ahora puede suplir cualquier disminución que se tenga en el aspecto físico».
A sus 33 años, Rodríguez, cuya personalidad la aleja de los focos, afronta probablemente su última gran oportunidad de tocar un oro, el oro que se le escapó entre los dedos en el Mundial de Berlín 2009, cuando tras cruzar primera la meta, fue descalificada por empujar a una rival en la última curva.
A las 11:50, en la primera de las series del 1.500, y a las 21:05, en la final de los 3.000 obstáculos, Natalia y Marta revelarán, o quizá ellas mismas descubrirán, sus verdaderas sensaciones.