El vestuario asume con prudencia el impecable inicio de temporada
16 oct 2012 . Actualizado a las 11:01 h.Tres victorias en tres jornadas. Mejor inicio de curso no cabe e, inevitablemente, se abre el debate entre la afición. ¿Hay licencia para soñar con algo más que la permanencia? La cautela invita a no revisar el plan de ruta prematuramente, a no desviar la atención del objetivo de partida. Los optimistas prefieren dejar a un lado la casuística y las matemáticas, al calor de esos tres triunfos, y confiar en que la inercia del éxito tenga un amplio recorrido.
Hace un mes, en un encuentro digital con los lectores de La Voz, Oriol Junyent dejaba reflexiones que apuntaban a subir el listón: «El objetivo del club es la permanencia; el mío, entrar en la Copa y el play off»; «Tenemos unos primeros partidos muy buenos, para empezar con buen pie. Es muy importante comenzar bien la Liga. Eso te da una mentalidad ganadora que en los momentos difíciles te ayuda a sacar adelante los partidos». Podría decirse del pívot que es optimista moderado.
Preguntarle a Moncho Fernández por proyecciones que vayan más allá del partido más inmediato es perder el tiempo. Tanto en los momentos más complicados como en los más dulces, el planteamiento ha sido siempre el mismo: lo que importa es el encuentro más próximo.
Para quienes se dejen guiar por el olfato del veterano Bernard Hopkins conviene apuntar que no se avecinan problemas de autocomplacencia.
La pasada semana, antes del partido frente al Canarias, barruntaba que sería «el más difícil» de los tres primeros. Pero no porque el vestuario se dejase llevar por la confianza. Tenía claro que nadie alardeaba por los dos triunfos logrados y que la atención apuntaba en una sola dirección: buscar el tercero. Por ese flanco no ve peligro.
Ben Dewar opta por un mensaje moderado. Se le pregunta si toca soñar, y responde con una sonrisa contundente: «Todavía no. Es demasiado pronto. Tenemos cada vez más confianza y jugamos bien en equipo, pero solo son tres partidos. Quedan 31. Todos los domingos debemos trabajar duro, jugar duro y no pensar demasiado en el futuro». Esa fue la receta que aplicaron el pasado curso en Alicante, con muy buenos resultados.
Andrés Rodríguez analiza el momento con la misma frialdad con la que lee y disecciona el juego: «Son tres partidos nada más, ante rivales más bien de nuestra categoría. Ahora nos toca ir a Valencia y ahí vamos a ver de lo que somos capaces».
Antes del encuentro frente al Canarias, el presidente, Raúl López, era otro de los que se sumaba al bando de la cautela, en su caso en grado sumo. Decía entonces que «son dos más o dos menos, según se vea». Y hoy diría tres más en la clasificación o tres menos para llegar a las doce o trece victorias que, tradicionalmente, marcan la frontera entre la permanencia y el descenso. Añadís que si todo siguiese como hasta ahora, ya habrá tiempo de subir el listón.
Quizás sea la mejor estrategia, porque basta echar la vista a la temporada pasada para ver que no hay pautas fiables. Empezando por el propio Obradoiro, que arrancó con dos victorias y una derrota. El tercer triunfo no llegó hasta la décima jornada. Acabó la primera vuelta con cuatro y en la segunda añadió nueve.
El Fuenlabrada jugó la Copa del Rey y después cayó en picado, hasta el punto de ver comprometida su permanencia en la categoría. Y el Lagun Aro, que empezó con un balance desolador (dos partidos ganados y ocho perdidos), acabó metiéndose en la Copa y en las eliminatorias por el título.