El espectáculo está en L. A.

josé m. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Arranca una NBA marcada por la llegada a los Lakers de Dwight Howard y Nash

30 oct 2012 . Actualizado a las 18:33 h.

Cuando la próxima madrugada se lance al aire el primer balón de la temporada oficial en la NBA, pocos aficionados estarán pendientes de lo que suceda en el Quickens Loans Arena, escenario del insulso Cleveland-Washington. Más atención despierta el Miami-Boston, la puesta de largo de los actuales campeones, pero sobre todo en el Lakers-Dallas. El espectáculo mediático está en Los Ángeles y en el agresivo proyecto con el que Kobe Bryant pretende enfundarse su sexto anillo de campeón. Tras dos campañas decepcionantes, los Lakers han protagonizado la gran superproducción de los últimos maños. La peor pretemporada de su historia -ocho derrotas en otros tantos partidos- incluso ha avivado el interés por un proyecto con semejante constelación de estrellas. Pese a los rumores sobre su marcha desde antes de comenzar la campaña pasada, Pau Gasol sigue en Los Ángeles como fiel escudero de un Kobe Bryant al que unos problemas en el pie pueden retrasar su estreno. Pero al dúo que conquistó los últimos dos anillos de la franquicia californiana (2009 y 2010) se le ha unido Dwight Howard, la referencia interior de los últimos años en la Liga norteamericana y el pívot más poderoso de la actualidad. Una impresionante mole de 211 centímetros y 130 kilos. La guinda para formar lo que en Estados Unidos se ha llamado el Big Four ha sido el canadiense Steve Nash, uno de los grandes bases del último decenio (mvp de la Liga en el 2005 y el 2006). Junto a Meta World Peace forman un quinteto temible. Las dudas, el rendimiento físico de Nash (38 años), el reparto del protagonismo con Kobe al lado y un banquillo bajo sospecha.

Los candidatos

Los finalistas del 2012: Miami Heat y Oklahoma

Los Lakers han conseguido eclipsar al resto de la NBA. Casi nadie se acuerda ya de que apenas cuatro meses atrás LeBron James conquistó el título con los Miami Heat. Si en su día en Boston funcionó la maniobra de reunir a tres grandes estrellas (Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen), en Miami dio sus frutos a la primera, cuando a Wade y LeBron se les unió Chris Bosh. Es un equipo ya construido al que se le ha sumado el veterano Ray Allen, con ciertas carencias interiores -Bosh se está reconvirtiendo como cinco- pero mucha versatilidad. Ningún otro equipo del Este parece en condiciones de hacerle sombra a King James.

Talento, físico, juventud y ambición. Las bazas de los Oklahoma Thunders que lidera, a sus 24 años, Kevin Durant, la estrella más emergente de la NBA. Han perdido a última hora a Harden -el mejor sexto hombre de la temporada se ha ido a Houston-, pero el margen de mejora de Ibaka es importante y tienen a un enorme anotador (Westbrook). Un gran equipo y el gran escollo de los Lakers para alcanzar la final del Oeste.

Las alternativas en el Oeste

Los viejos Spurs y los emergentes Clippers y Grizzlies

La peor noticia para los Clippers es que les hayan eclipsado casi por completo sus vecinos. Esta debería haber sido su temporada, con la pareja Chris Paul-Blake Griffin ya consolidada y el aderezo de ilustres cuyo rendimiento es una incógnita, como Jamal Crawford, Grant Hill y Lamar Odom. Un proyecto atractivo, pero quizá menos sólido que los veteranos -ya lo harán hace varias temporadas- e incombustibles Spurs de Tim Duncan, Parker y Ginóbili. La campaña pasada fue el mejor equipo en el final de la fase regular y en esta apenas ha modificado la plantilla, por lo que, en buena medida, dependen del empujón que le puedan dar en su segundo año Tiago Splitter o Kawhi Leonard.

Los Memphis Grizzlies de Marc Gasol se han ganado el respeto como equipo peligroso. Cuentan con un buen quinteto titular y la baja de O. J. Mayo (Dallas) puede incluso mejorar la química de un grupo que hace dos años llegó a la semifinal de la Conferencia. Menos opciones tienen unos Mavericks demasiado dependientes del estado de la rodilla de Dirk Nowitzki.

Las alternativas en el Este

Chicago, Knicks y Brooklyn

Tras Miami y Boston, el desierto. Solo la posibilidad de que la gran estrella de los Bulls (Derrick Rose) se recupere totalmente de su grave lesión podría concederles alguna opción de llegar a la final del Oeste. Son capaces de mantener una elevada intensidad defensiva -incluso sin su gran estrella-, pero sin Rose no dejan de ser un grupo marginal para luchar por una buena posición en los play off con Indiana.

En Nueva York no cuentan una alternativa sólida al título, pero al menos vivirán una intensa rivalidad gracias a que los Nets se han establecido en Brooklin. El millonario ruso Mijail Prokhorov aún no ha sido capaz de construir un equipo campeón, pero sí un grupo competitivo: Deron Williams, Jose Johnson , Gerald Wallace, Brook López y el ex-Tau de Vitoria Teletovic. Menos expertos, pero quizá con más recorrido que los veteranos Knicks -Stoudamire, Chandler, Jason Kidd, Raymon Felton o el argentino Prigioni, que debutará en la NBA- dependen de la capacidad anotadora de Carmelo Anthony. Eso sí, en el Madison se han quedado sin el mediático Jeremy Lin (Houston).

Transición

El adiós de David Stern

Una temporada de transición para proyectos en construcción, como los jóvenes Rockets de Houston, los Jazz de la era post-Sloan o la nueva aventura de los Trail Blazers de Portland. También será la despedida como alto comisionado de David Stern, el hombre que dirigió la gran expansión de la NBA durante los últimos 30 años. En febrero cederá los trastos a Adam Silver, su mano derecha.