Sólo las plantillas de Celta y Rayo Vallecano decidieron no entrenar, aunque acudieron a las instalaciones del club
14 nov 2012 . Actualizado a las 21:10 h.Mientras buena parte de España se paralizaba por la huelga general del 14-N, el fútbol funcionó como si nada sucediera, con todos los equipos de la primera categoría cumpliendo sus entrenamientos de cara a los partidos del fin de semana por la Liga. En medio de la grave crisis económica que tiene deprimido al país, el gobierno de Mariano Rajoy aseguró que no hubo un seguimiento notable de la huelga, mientras los sindicatos afirmaron que fue un éxito masivo.
Pero en lo que no habrá desacuerdo es en la cifra de seguimiento del paro en el fútbol español, donde sólo dos de los 20 equipos de la máxima categoría se unieron parcialmente a la huelga. Y todos los jugadores acudieron a sus centros de trabajo. En lo que sí hubo huelga es en declaraciones. Así, el Barcelona suspendió la rueda de prensa habitual de cada día de un futbolista y en el Espanyol tampoco habló su técnico, Mauricio Pochettino, como suele ser habitual cada miércoles.
Hubo que ir a la segunda categoría del fútbol español, más cercana al futbolista obrero, para encontrar las declaraciones más notorias al respecto. «Respeto las decisiones de todos los clubes, pero creo que si todos somos partidarios, deberíamos haber hecho huelga», comentó Paco Peña, capitán del Hércules. El jugador se quejó de la escasa unidad entre los futbolistas y su falta de coordinación con el sindicato que los representa. «Nunca se trató con ellos el tema de hacer huelga», confesó.
La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) considera al gremio como un sector «especial» y entiende que «no se puede comparar el trabajo de un deportista con el de otros profesionales», por lo que no ve contradictorio que un futbolista se entrene y al mismo tiempo apoye la huelga. Así lo manifestó en su comunicado de esta semana, en el que mostró su «apoyo y solidaridad con las centrales sindicales convocantes, así como su disconformidad con los recortes, por considerarlos injustificados y lesivos con los intereses y derechos de los deportistas como trabajadores». Pero el sindicato de futbolistas desestimó tomar una iniciativa grupal.
Por otra parte, la Asociación de Deportistas Españoles (AD) aseguró también esta semana que apoya a todos los convocantes de la huelga y defiende las reivindicaciones, pero añadió que es consciente de que es «muy difícil» que se produzca el paro de las actividades deportivas en días de huelga.
Por eso no extrañó que los futbolistas del Celta de Vigo y Rayo Vallecano fueran los únicos que decidieran secundar la huelga general, aunque no en toda su amplitud. Así, los miembros del plantel del Celta no se entrenaron en el campo de juego, pero sí acudieron a las instalaciones del club para reunirse y hablar del próximo partido de Liga ante el Mallorca. También hubo una sesión de baño y masajes.
El Rayo Vallecano, otro de los conjuntos más modestos de la Liga española y cuyo estadio está en un barrio obrero y afectado por el desempleo, actuó de forma parecida y realizó una sesión de gimnasio y charla técnica. En cuanto al resto de equipos de la primera categoría, se puede decir que el día fue similar al de cualquier otra semana.
Ni el éxodo de futbolistas internacionales por la fecha FIFA desbarató los planes de los equipos más poderosos, con Real Madrid y Barcelona, que utilizaron a jóvenes de las categorías inferiores para completar los ejercicios. En el conjunto blanco se pudo ver al francés Karim Benzema con una sonrisa en la boca tras mejorar notablemente de la lesión muscular que le tuvo fuera del equipo desde la semana pasada.
Por su parte, el Barcelona programó un entrenamiento voluntario, pero no debido a la huelga, sino a los pocos efectivos con los que cuenta por la marcha de sus internacionales. No hubo paro en el fútbol español, pero pocos se sorprendieron.