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«Bueno, nada más muchachos. Los saludo por si no nos volvemos a ver. Y si nos volvemos a ver lucharemos por seguir haciendo algo importante». Alguien hizo pública hace un par de meses una grabación con la charla de Marcelo Bielsa tras la derrota en la final de Copa frente al Barça. No solo fue un paso más en la escalada de despropósitos que han rodeado al Loco y a su equipo esta campaña, también desveló que el argentino estuvo a punto de dejar el Athletic tras una temporada considerada como un éxito, pese a que se cerró sin títulos y con un décimo puesto en Liga.
Y a la vista de como avanza el curso, no faltaban motivos para la alegría. Los vascos coquetean con el descenso y ya se han despedido de la Liga Europa y deben vencer al Eibar tras un pésimo encuentro en el primer partido que han jugado en Copa, dos competiciones de las que hace solo medio año disputaban la final. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? De todo.
Dicen que Bielsa no se fue de Bilbao porque soñaba con entrenar al Barça y Tito Vilanova le adelantó en la carrera por suplir a Guardiola. El caso es que el técnico decidió aguantar en San Mamés, pero apenas había arrancado la pretemporada cuando comenzó a arrepentirse.
Minucioso como es, no soportó lo que consideraba como retrasos injustificados en la remodelación de la ciudad deportiva de Lezama y tras una trifulca con el jefe de obra dio una rueda de prensa en la que denunció la situación. El club emitió un duro comunicado contra la actuación del entrenador y durante varios días se sospechó que el argentino podría dimitir o ser destituido.
No ocurrió lo uno ni lo otro y el Loco aguantó para ver cómo su equipo se desintegraba. Primero con la marcha de Javi Martínez, que dejó 40 estériles millones en las arcas del Athletic, y que ayer se estrenó como goleador con el Bayern. Después, con el conato de fuga de Llorente, que hoy, contra el Dépor, debutará como titular en Liga esta campaña. El ariete, gran referente de los rojiblancos, no se fue a la Juve, pero tampoco ha jugado apenas en Bilbao, donde ha alternado la grada con el banquillo y hasta fue expulsado de un entrenamiento.
Llegó también la plaga de lesiones (pubalgias, en su mayor parte) que afectaron entre otros a Aurtenetxe, Amorebieta y Ander Herrera -con polémica por su participación en los Juegos incluida-, destruyendo el ya mermado potencial defensivo del equipo.
El último acto del esperpento ha sido la espantada europea para no viajar a Israel, pero antes llegó la increíble filtración por parte de algún miembro de la plantilla de aquella charla en la que Bielsa le decía a los suyos que deberían estar avergonzados por cómo habían perdido las finales de Copa y Liga Europa. Y dejaba caer su posible marcha del club. Al final, el Loco se quedó. Para esto.