Su compañero de equipo Nairo Quintana venció la primera etapa pirenaica
20 mar 2013 . Actualizado a las 22:16 h.Alejandro Valverde (Movistar) ha aprovechado la victoria de su compañero Nairo Quintana en la tercera etapa de la Volta a Cataluña, con final en la estación de esquí de Vallter 2.000, para ponerse líder en solitario y presentar su candidatura a la victoria final. La primera jornada pirenaica no defraudó y ofreció un final en alto emocionante, digno de las grandes rondas, en el que Bradley Wiggins (Sky), Purito Rodríguez (Katusha) y Valverde lucharon hasta al final para aguar la fiesta al ciclista colombiano de 23 años.
Pero las piernas de Quintana aguantaron, y en las últimas rampas de Vallter consiguió abrir un hueco de seis segundos con sus perseguidores y brindarle el liderato en bandeja a un Alejandro Valverde que se sitúa a seis y diez segundos de Purito y Wiggins, segundo y tercero en la clasificación general, respectivamente.
Los presagios apuntaban a una etapa espectacular y así fue. Tuvieron que pasar veintiún años para que la Volta volviera a pisar las rampas de Vallter, uno de los puertos de montaña más exigentes del pirineo catalán. La espera fue larga, pero valió la pena. Los gallos del pelotón sabían que era una etapa especial. Quizás pusieron toda la carne en el asador en los últimos metros de la ascensión para llevarse el primer plato de este menú montañoso que se alargará hasta mañana con otra golosa etapa con final en alto la estación de esquí de Port Ainé.
Las buenas condiciones meteorológicas favorecieron a que la etapa tuviera un final espectacular. El ritmo rápido del pelotón acabó con las esperanzas del belga Jürgen Van den Broeck (Lotto) y del estadounidense Thomas Danielson (Garmin), que se atrevieron con dos ataques a cinco kilómetros de la meta. Y así fue como Wiggins clavó el primer puñal de la jornada con una fuga, a un kilómetro de meta, a la que se añadió un motivado Quintana. Atentos, Valverde y Purito Rodríguez se alzaron del sillín para seguir el ritmo de los fugados y consiguieron contrarrestar el ataque.
Fue entonces cuando el del Katusha intentó contestar para ganar ante su público, pero un Quintana muy fuerte miró por el retrovisor y acabó con las esperanzas del vallesano para culminar en solitario la nevada meta situada a 2.200 metros de altitud.