El líder de Moto GP, junto a los pilotos del equipo de Estrella Galicia 0,0 Álex Márquez y Álex Rins, comparte con los lectores de La Voz las sensaciones de correr el Mundial y la pasión y el riesgo por la velocidad
05 may 2013 . Actualizado a las 21:56 h.Marc Márquez no tiene carné de moto (su hermano Álex y su compañero Álex Rins, 16 y 17 años, solo de ciclomotor), pero hoy volverá a rodar por el asfalto de Jerez a más de 300 kilómetros por hora.
Pregunta. Después de dos semanas sin gran premio tendréis mono de moto.
Marc. Tienes ganas de volver a correr, sobre todo cuando el circuito está en España y es el primero en Europa, donde hay toda la afición. Hay ganas, y más viniendo de una victoria.
P. ¿Qué os parece la gente que intenta emularos en la carretera?
Álex Rins. Si van por este camino se equivocan, porque donde hay que ir rápidos es en el circuito, que es donde hay unas medidas de seguridad apropiadas, y no en la carretera, que es superpeligroso con los guardarraíles.
P. Ir a 300 con un mono de cuero y unas piezas de plástico por toda protección ¿asusta o no lo pensáis?
M. M. No creo que ningún piloto tenga miedo, si tienes miedo no puedes ir rápido. Después de una caída le coges un poco de respeto, pero enseguida cuando haces una vuelta, dos, tres, cuatro? a la quinta ya vuelves a ser tú mismo.
P. ¿Qué velocidad punta alcanzan vuestras motos?
M. M. La mía marcó 344 kilómetros por hora en la recta de Catar.
Á. R. Las de Moto 3, unos 236.
M. M. La sensación de velocidad es mucho mayor en la carretera. En el circuito no hay la línea, no hay las vallas, hay más espacio, solo ves pista, no hay coches y todos van a la misma velocidad, a fondo en la recta.
P. ¿Sois conscientes del riesgo que corréis?
M. M. Está claro que el parachoques eres tú, no hay nada más? El coche es más seguro y menos, porque si tienes un accidente te quedas atrapado dentro. Pero es evidente que en la moto cuando te caes el golpe lo recibes tú. Cuando vas deslizando no tienes que dejarte muerto, sino un poco con tensión e intentando recoger los brazos en el pecho para que cuando llegues a la grava y empieces a dar vueltas no vayan sueltos.
P. ¿Cómo vivistéis el accidente de Simoncelli?
M. M. La verdad es que todo el paddock se quedó impactado. Te hace pensar: ¿vale la pena arriesgar tanto o no? Pero al final también se tiene que saber pasar página.
P. ¿Sois supersticiosos? ¿Tenéis alguna manía antes de la carrera?
M. M. Yo simplemente que los calzoncillos son azules para los entrenamientos y rojos para la carrera. Nada más.
P. ¿Cómo se vive en el motorhome?
M. M. Es muy práctico. Yo en el 2008, el 2009 y el 2010 iba al hotel, y un domingo te tienes que levantar a las seis de la mañana para llegar antes al circuito: si no, hay la cola. Y con el motorhome te levantas una hora y media antes del entrenamiento.
P. ¿Os acompañan vuestros padres?
Á. R. A mí, mi padre. Dentro del circuito nos vemos, pero no mucho.
M. M. Te das cuenta de que invirtieron todo su tiempo y todo su dinero en ti. En el caso de mi hermano y mío, de una familia trabajadora normal, mi padre con la excavadora, mi madre en la oficina? Tuve mucha suerte porque ya con ocho años me cogió un equipo, si no ahora mismo no estaría aquí, porque económicamente no te lo puedes permitir. Solo ya los fines de semana gastar el tiempo conmigo y no poder ir de vacaciones porque el niño necesitaba una moto mejor... Ahora es un orgullo.
P. ¿Qué es lo que más os impactó del Mundial? Habrá mil anécdotas...
Á. R. Que la gente no se guarda nada, en cada entrenamiento lo da todo, desde el primer minuto van todos a fondo, a muerte.
M. M. Siempre hay pérdidas de pasaporte o mil vueltas para encontrar el circuito, porque la gente se piensa que llegamos y del aeropuerto vamos directos, y en realidad vamos con el GPS buscándolo. Anécdotas como tener que subir a la moto de un aficionado para que te lleve al circuito.
P. ¿Podéis comer lo que queráis o tenéis que mantener un peso como las modelos?
Á. R. Hay un peso mínimo en la categoría y un deportista siempre sigue una dieta que te marca lo que has de comer por la mañana, a mediodía, por la tarde, y poco te puedes desviar.
Álex Márquez. Más que controlar el peso es comer sano, entonces es cuando rindes bien.
P. ¿Y cuál es vuestra comida favorita?
Á. M. Los macarrones de la abuela.
Á. R. A mí, antes de la dieta eran las patatas fritas.
M. M. Deportista total [se ríe].
Á. R. Ahora que me he dado cuenta de que se necesita comer sano para coger un buen físico, pues la ensalada.
M. M. ¿Patatas fritas? Pero eso no es una comida [insiste Marc].
P. Supongo que ir repantingados en una Harley no es lo vuestro...
M. M. Yo tengo una en casa, pero la utiliza más mi padre. Me la regalaron cuando gané el campeonato de 125, pero no me dice nada. La gente piensa que en moto me divierto siempre, pero solo me divierto si voy rápido.
Á. R. A los 3 años mi padre me compró un quad y más adelante fuimos a comprar una moto y empecé en el mundo del motocrós. Ya más adelante quise probar cómo era la velocidad, me gustó más y me quedé.
P. En Moto 3 hay una chica compitiendo. ¿Os molesta si os adelanta?
Á. R. Yo de momento no he quedado nunca detrás de ella.
Á. M. Siempre es positivo que haya chicas, al final, es uno más ahí dentro.
M. M. Está claro que físicamente no es lo mismo, pero yo creo que en categorías como Moto 3 pueden hacerlo muy bien, porque tú no utilizas toda tu fuerza física; en Moto GP no terminas la carrera, porque físicamente yo por ejemplo acabo a cero de energía. Pierdes un kilo y medio cada carrera. Pero yo no creo que ser mujer sea un impedimento para competir en moto. Para ir en moto, más que fuerza es el talento y la habilidad.
P. Y de novias ni hablamos, ¿no?
M. M. Yo sí tengo, me sigue desde casa. Te da estabilidad y tranquilidad, a mí personalmente me gusta.