José Mourinho: más polémicas que títulos en el Real Madrid

Agencias

DEPORTES

Kote Rodrigo

Las salidas de tono y los enfrentamientos con rivales, estamentos y compañeros de club eclipsan sus tres títulos

21 may 2013 . Actualizado a las 00:08 h.

José Mourinho abandonará el Real Madrid con una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa bajo el brazo, un legado exiguo en el que no aparece su tercera Liga de Campeones, y, en cambio, sí figura un cúmulo de polémicas casi interminable que han jalonado su periplo en la Casa Blanca. Su paso por el Real Madrid no ha dejado indiferente a nadie y muchos han sufrido sus actos y sus ataques dialécticos.

Jugadores, árbitros, entrenadores, periodistas, su propia afición, organismos internacionales e incluso cargos de su propio club han sido el blanco de Mourinho, que, después de tres cursos en el Real Madrid, pasará a la historia por sus tres trofeos y por una larga lista de polémicas difíciles de olvidar.

Uno de sus primeros encontronazos lo tuvo con el técnico Gregorio Manzano, que desde el banquillo del Sevilla opinó que en el ataque del Madrid había falta de conceptos. Preguntado al respecto, Mourinho, tras mirar a un empleado del club buscando información, respondió: «¿Quién es Gregorio Manzano? No lo conozco».

Antes, en su presentación como entrenador del Madrid, Mourinho dejó este titular: «El fútbol se juega con un grupo de hombres diferentes que trabajan juntos y forman una familia, el club es nuestra segunda familia. Para conseguir esto hay que tener mucha empatía». Poco después, en el mes de septiembre del 2010, el turno fue para Pedro León, que no fue convocado para un partido ante el Auxerre de la fase de grupos de la Liga de Campeones. La prensa quiso saber las causas: «Habláis de Pedro León como si fuera Zidane, Di Stéfano o Maradona y es un buen jugador que hace dos días jugaba en el Getafe», afirmó contundente. Cuando acabó aquel curso, el extremo murciano volvió a Getafe casi en blanco, sin jugar.

Esa misma temporada Mourinho pidió refuerzos al club para la delantera y en una rueda de prensa previa a un partido de Liga ante el Zaragoza sorprendió definiendo al francés Karim Benzema, único ariete disponible tras la lesión del argentino Gonzalo Higuaín: «Si tienes un perro para cazar, cazas más; si tienes un gato, cazas menos, pero cazas», dijo.

«Del 1 al 10, me doy un 11», dijo Mourinho en diciembre del 2010, para valorar su trabajo al final del año. Los desencuentros con Jorge Valdano, entonces director general del Real Madrid, acabaron con la salida a final de temporada del argentino. Su relación tirante se atisbó desde el primer día, cuando durante la presentación oficial del portugués, Valdano tuvo que salir al paso de unos artículos que había escrito tres años atrás: «Hablé de Mourinho en términos agresivos, por decirlo de alguna manera. Él me contestó en términos agresivos, y aquello se resolvió de forma personal hace tres años». Mourinho quería más protección desde arriba con los árbitros, pedía un delantero insistentemente y al final de temporada consiguió que Valdano no viajará con el equipo. Su salida del club puso punto y final a una relación distante.

Para el entrenador del Sporting Manolo Preciado también encontró un hueco en su agenda del 2010. Insinuó que dio por perdido el choque ante el Barcelona en el Camp Nou sacando suplentes y su comentario enfadó al técnico cántabro: «Mourinho es un canalla y un mal compañero. No me cae bien y se lo voy a decir a la cara. ¿Quién coño es este tío?», respondió el malogrado técnico, quien meses después haría las paces con el luso.

Aquella temporada su cota de polémica más alta llegó tras el choque de ida de las semifinales de la Liga de Campeones que disputó el Real Madrid contra el Barcelona. Perdió 0-2 y la expulsión del defensa Pepe desató un torbellino de críticas hacía la UEFA y Pep Guardiola. «¿Por qué, Ovrebo, hace tres años, el Chelsea no puede ir a la final? ¿Por qué el Inter el año pasado, que fue un milagro? ¿Por qué este año quieren acabar con la eliminatoria? Yo no entiendo por qué. No sé si es por la publicidad de UNICEF, si es por el poder de Villar en la UEFA ¿Por qué tiene este poder con los árbitros? No lo entiendo. Enhorabuena por su equipo, pero también por todo su poder, que debe ser difícil de conseguir. Guardiola es un fantástico entrenador, pero ha ganado una Liga de Campeones que a mí me daría vergüenza ganarla con el escándalo de Stamford Bridge. Y este año, si la gana, será con el escándalo del Bernabeu», añadió. Por aquellas palabras, la UEFA sancionó a Mourinho con una multa de 50.000 euros y cinco partidos (luego le fueron rebajados a tres).

No era la primera vez. Ese mismo curso, fue sancionado con 50.000 euros por provocar las expulsiones de Xabi Alonso y Sergio Ramos de manera esperpéntica durante un partido ante el Ajax. A lo largo de sus tres años en el Real Madrid, en algunas ocasiones sacó en ruedas de prensa papeles con datos. La primera vez, en diciembre del 2010, tras ganar al Sevilla 1-0, mostró una lista con 13 supuestos errores arbitrales de Clos Gómez durante ese partido. Utilizó ese acto para cargar contra Valdano: «Mi equipo necesita un club que lo defienda».

La siguiente temporada la comenzó como casi terminó la anterior, con Tito Vilanova, en el 2011 segundo entrenador del Barcelona, en la diana de Mourinho. En la vuelta de la Supercopa que disputaba el Madrid en el Camp Nou, le metió un dedo en un ojo durante una tangana en la que se vieron implicados varios jugadores. ¿Pito Vilanova? No sé quién es ese Pito», dijo después al ser preguntado por el incidente. Poco después, se mofaba de Guardiola: «A ver si hacemos 40 puntos y la próxima temporada continuamos en Primera», respondiendo irónicamente al catalán, quien acababa de decir que el equipo azulgrana no ganaría nada esa temporada.

Íker Casillas llamó a Xavi Hernández para calmar una situación que podría afectar a la selección española. A Mourinho no le gustó el acto de su capitán y le sentó en el banquillo en el Trofeo Bernabéu. Sería el comienzo de un desencuentro. Casillas acabó el ciclo Mourinho junto a los suplentes. Antes de lesionarse este curso, el portugués llegó a sentarle para colocar en el once a Antonio Adán. «Es una decisión técnica, nada más. En mi opinión, Adán está mejor que Iker», dijo Mourinho. Después, fichó a Diego López, que completó unas buenísimas actuaciones y cuando Casillas se recuperó, jamás volvió a jugar. Siempre alegó que lo hizo por motivos técnicos.

Para Manuel Pellegrini, su antecesor en el cargo, también tuvo palabras antes de enfrentarse en el 2010 al Málaga. «Conmigo no puede pasar lo mismo que con Pellegrini porque si el Madrid me echa no voy a entrenar al Málaga, me voy a un grande de Inglaterra o Italia», afirmó. Otro entrenador que sufrió un desencuentro con Mourinho fue Alberto Toril, técnico del filial madridista. Criticó que el segundo equipo blanco no jugara como el primero y le lanzó un mensaje inquietante: «Debe decidir si su prioridad es formar jugadores para el primer equipo o hacer un buen puesto en Segunda», apuntó.

A la afición del Santiago Bernabéu también le lanzó Mourinho recados. Al inicio de la segunda temporada recibió pitos, los mismos con los que acabó al final de su etapa blanca. Antes de un encuentro de Copa contra el Barcelona, preguntado por ello, sentenció: «Yo no escucho al madridismo». Tal vez por eso, esta temporada, lanzó un órdago a su estadio y antes del encuentro ante el Atlético de Madrid se sometió a un plebiscito. Saltó al césped una hora antes tras invitar al público a que le silbara o le aplaudiera. «Quién quiera pitarme, estaré a las 21.20 horas».

Su relación con la prensa fue habitualmente tensa. Sus encontronazos y desencuentros fueron constantes. A veces desagradables, pero la verdad es que la lista de conflictos es casi inabarcable. Mandó a la grada a Pepe por apoyar públicamente en la zona mixta a Casillas («Es muy fácil analizar lo de Pepe. Su problema tiene un nombre, y es Rafael Varane. No es fácil para un hombre de 31 años con pasado ser atropellado por un niño de 19», dijo sobre el central) esperó al árbitro Fernando Teixeira Vitienes en el aparcamiento del Camp Nou para criticar su actuación, no acudió a la última gala de entrega de premios del Balón de Oro, y, la última, no subió al palco para recibir de manos del rey Juan Carlos su medalla que le acreditaba como segundo en la Copa del Rey.

Mourinho dejará un rastro de conflictos que pocos podrán superar en tan sólo tres temporadas. «Cuando las cosas van bien es mérito de todos, cuando van mal la culpa es del entrenador. He fracasado esta temporada. Para mí es mi peor temporada. Nunca había quedado sin ganar un título importante», decía hace poco. Ahora cabe esperar su despedida.