El extremo del Sevilla prepara su salida a cambio de más de 25 millones de euros
03 jun 2013 . Actualizado a las 21:47 h.Jesús Navas dirá adiós al Sevilla después de 20 años ligado a la entidad andaluza. Se marchará al Manchester City a cambio de 25 millones de euros -más otros dos por objetivos- y cobrará alrededor de tres millones netos en cada una de las cinco temporadas que firmará. Partirá por la puerta grande, después de ser manteado hacia el cielo sevillano por sus compañeros en el último partido de Liga.
Jesús Navas tendrá todavía que despedirse, derramar lágrimas y decirle un «hasta pronto» a la capital que vio nacer al futbolista y crecer a la persona. Con 27 años abandona laureado el equipo de su tierra, con el que ganó títulos europeos y que le ayudó en los momentos más difíciles de su carrera, cuando parecía que se truncaba por motivos extradeportivos.
Porque la pareja que han formado durante dos décadas el Sevilla y Jesús Navas está repleta de altibajos. Ahora hay una bifurcación en la vereda y Navas ha decidido tomar otro camino distinto, quizá peligroso para sus intereses a tenor de su pasado. La salida del sevillano se fraguó en el mes de febrero, cuando Begiristain entabló los primeros contactos para ver la predisposición del futbolista. Ni él ni su entorno se mostraron muy satisfechos. No por la oferta recibida, que era muy superior a lo que iba a ganar en su vida deportiva en Nervión. Tampoco se debía al proyecto que pensaban montar los británicos alrededor de Manuel Pellegrini, con quien ya habían cerrado un acuerdo. La razón se debía a que el país no convencía al profesional.
Navas en realidad ha estado hasta última hora apurando sus opciones de jugar en el Real Madrid. Es el sitio donde quería estar. Esperaba poder presionar a su amigo Sergio Ramos en la concentración de la Copa Confederaciones para que éste convenciera a Florentino y compañía de que lo ficharan. Pero a su representante le dieron largas en La Castellana cada vez que trató de deslizar el interés de su cliente por recalar con los merengues.
Ahora no tendrá un AVE a su disposición para estar en dos horas en su casa. Recuerdan los más allegados que hasta hace apenas un lustro ni tan siquiera era capaz de estar concentrado más de dos semanas en Costa Ballena, la localidad gaditana donde hace pretemporada el Sevilla. Ataques de ansiedad y depresión obligaron a ponerle en las manos de reputados psicólogos. Todo ello salvó a Jesús Navas e incluso tuvo la oportunidad de ir a la selección. Convencido por Fernando Hierro y bajo la tutela de Ramos vio su sueño hecho realidad al conquistar Eurocopa y Mundial. Las cosas empezaron a cambiar en su cabeza. Pero existían dudas a dar un paso importante.
Pablo Blanco, director de los escalafones inferiores del Sevilla, lo descubrió mientras regateaba charcos más grandes que su cuerpo entre el barrizal de un pueblo perdido en la campiña sevillana. Al ser cuestionado sobre una hipotética salida de Navas hace referencia al caso Reyes. La misma idea sobrevuela a los amigos del jugador. El utrerano se marchó a Londres obligado por las circunstancias de la institución, que necesitaba de su venta para subsistir. Lo hizo con un cuadro de la Virgen de Consolación en la maleta. Ni lo divino pudo ayudarle a superar el mal tiempo y el idioma de Shakespeare.
Navas se irá unos cuantos kilómetros más lejos de la capital inglesa.
Sin saber nada del idioma, cambiará el tórrido calor de su tierra por el aguacero constante. Lo hace también casi obligado por la necesidad de venta del Sevilla, ahogado por malas planificaciones. Como sacrificio no verá por un tiempo el quiosco que hay frente a su casa. Aquel lugar que fue su único camino conocido más allá de la autopista que lo llevaba al estadio nervionense. El establecimiento cuyos dueños son hoy sus suegros y donde conoció a la que ahora es su mujer y madre de su único hijo. Navas partirá hacia el Manchester City con algunas estampitas de la Virgen de los Ángeles que le dará su abuela. Quizá ella sí sea capaz de hacer frente a la maldición anglosajona para los sevillistas.