La falta de apoyos y la mala gestión empujan a clubes y federaciones a su desaparición
11 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.No hay nada que la crisis no pueda borrar o esa es, por lo menos, la percepción que empieza a calar en el deporte español. Poco a poco, se desmoronan torres que antes parecían robustas, construidas a base de piedras macizas. El Balonmano Atlético de Madrid y el Caja Segovia de Fútbol Sala fueron los dos casos más recientes, pero antes estuvieron la falta de ayuda a Carlos Pérez Rial Perucho para acudir al Mundial de Alemania, la desaparición de la Unión Deportiva Salamanca, la quiebra de la Federación de Ciclismo, la salida de España de deportista y técnicos como David Cal y Jesús Morlán, respectivamente. Ejemplos, pinceladas de las telarañas que adornan la despensa de un país que sueña con que Madrid 2020 le arregle este roto del que nadie se encuentra a buen recaudo.
Fútbol
Salarios de hace una década
Todo parece imposible hasta que deja de serlo y si no que se lo pregunten a los aficionados de la Unión Deportiva Salamanca. Ahogado por la deudas con los bancos, sus principales acreedores, y estrangulado por una gestión calamitosa de los recursos durante más de una década, los administradores concursales del histórico club comenzaron su liquidación el 18 de junio. Sus bienes ya han sido subastados.
Es, tal vez, el más representativo de los que han caído, pero los que se mantienen erguidos -salvo gigantes como el Real Madrid o Barcelona- han tenido que ajustarse el cinturón hasta el punto de que hoy el nivel de los salarios han retrocedido a los que había hace una década. Lo que ha provocado un éxodo masivo de jugadores hacia el extranjero. Ni siquiera son grandes figuras como sucedía en el pasado cuando estrellas emergentes como Fernando Torres luchaban por encontrar un hueco en Inglaterra. Ahora también hay nombres más humildes en la lista. A los Aspas, Navas y compañía se les suman futbolistas como los gallegos Iván y Jonathan Carril, Rubén Rivera o Gustavo Souto, quienes buscan lejos lo que no les pueden garantizar en casa: el pago de su salario.
Baloncesto
Ni una descenso en dos años
Es un dato preocupante, la ACB, la actual Liga Endesa, no ha registrado ni un solo descenso en dos años. La competición busca que los equipos que logren el ascenso desde la LEB Oro depositen garantías suficientes de que el proyecto va a ser solvente económicamente en su salto de categoría. Sin embargo, estas cuantías, que superan los cinco millones de euros, transforman la élite en una quimera para la mayor parte de los clubes de España.
Balonmano
Adiós a un gigante
La despedida esta semana del Balonmano Atlético de Madrid ha convulsionado al mundo del balonmano. El heredero del todopoderoso Ciudad Real, un gigante en Europa, se despidió por falta de patrocinadores. Ni siquiera el respaldo de los resultados, ni de una marca tan potente como la del conjunto rojiblanco le han salvado del naufragio. «Pensé hasta el último día que seguíamos y sacaríamos esto adelante, pero la situación del país es mala», explicaba el técnico Talant Dujshebaev, quien agregaba: «He viajado por todo el mundo con un nombre tan importante como es el Atlético de Madrid buscando patrocinadores y no he obtenido respuesta».
La viguesa Begoña Fernández, bronce en los Juegos de Londres, ya vivió antes el peso de la recesión. El Itxako, el club con el que puso al Viejo Continente a sus pies, se fue diluyendo en el crac financiero. Esto le obligó, «muy a mi pesar», a emigrar hacia los Balcanes.
Entrenadores
Fuera viven mejor
Con todo, las peores consecuencias de la crisis parece que llegarán en las siguientes generaciones. Las personas llamadas a formar los innumerables talentos que da España se están marchando. Entrenadores como Jesús Morlán, el hombre que edificó a David Cal, el olímpico español con más medallas, está prestando sus servicios en Brasil.
Federaciones
Menores ingresos estatales
La negativa de la Federación Española de piragüismo a costear el viaje del gallego Carlos Pérez Rial Perucho al Mundial de este año después de ganar la plaza en una distancia olímpica hizo saltar todas las alarmas. Pero otras federaciones están en la misma situación. La de ciclismo asegura que ya no tiene dinero en sus cuentas.