Víctor Pérez, ayudante de Moncho Fernández, subraya que el equipo "está empezando a coger los automatismos"
27 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El Obradoiro Río Natura Monbus recibe a las 12.15 horas (TVG2 en directo) al CAI Zaragoza en el Multiusos de Sar. Si vale el símil de la fórmula 1, es una nueva oportunidad de poner a prueba los reglajes. Pero, a diferencia de lo que sucede con las escuderías, acostumbradas a manejar grandes presupuestos y la última tecnología, el cuadro técnico santiagués tiene ante sí el reto de dar con la tecla con medios limitados.
Las dos primeras jornadas no dejaron buen sabor de boca, con las derrotas ante el C.B. Canarias y el Manresa. Y el Zaragoza, sobre el papel, se presenta como un rival más cualificado, por galones, presupuesto y plantilla.
Además, el Obra encara la cita después de una semana en la que Minnerath y Vasilis Xanthopoulos han arrastrado molestias físicas. Y en el último entrenamiento se les ha sumado Mike Muscala, con un esguince en una mano. No obstante, el pívot confía en poder jugar a un buen nivel frente a los maños.
Independientemente de los resultados, el Obra siempre se somete a un chequeo después de cada partido para ver qué cosas ha hecho bien y cuáles no.
El resultados de ese análisis puede parecer contradictorio con los marcadores de esas dos primeras jornadas, porque en un duelo el equipo perdió de dos y en el otro de diecisiete. En uno hubo más desajustes y en el otro faltó acierto.
Pérdidas de balón y acierto
Así lo explica Víctor Pérez, ayudante de Moncho Fernández: «Canarias juega a un ritmo muy alto, con mucha frescura, a veces es difícil prever como van a atacar, y despliegan defensas muy sorpresivas. El Manresa es más ordenado. Generan muchas ventajas para tirar. En Tenerife hicimos bastantes cosas mal. Nos costó entrar y hubo demasiadas pérdidas de balón, trece o catorce al descaso (ocho en el segundo cuarto). Contra el Manresa fue totalmente diferente. Estuvimos muy desacertados. No entraron».
En opinión del colaborador de Moncho Fernández, el equipo nota que este verano no se ha encontrado con el mejor de los escenarios para ajustar los reglajes de su baloncesto: «Tuvimos varias incertidumbres durante la pretemporada. Los jugadores fueron llegando tarde. Y con la mala suerte de que los que llegaron más tarde son los que necesitaban venir antes. Los nuevos tuvieron menos tiempo de adaptación, para coger muchas cosas y ponerse a la altura de sus compañeros. Muchas veces el jugador está aún en esa época de pensar en lo que tiene que hacer. Luego ya ejecutas con automatismos. Estamos empezando a encontrar los automatismos. Es algo normal. Con el paso de las jornadas iremos avanzando».
El Zaragoza, que el miércoles cayó en Berlín ante el Alba de Levon Kendall, en la Eurocopa, llega con ganas de resarcirse de esa derrota y, sobre todo, de la que encajó el pasado fin de semana en su feudo, frente al C.B. Canarias.