El Obradoiro de Fuenlabrada recordó al del pasado curso, con los clásicos marcando el paso a la espera de que fuesen cuajando los nuevos. Pero dos de aquellos veteranos y dos de los nuevos ya no están en el equipo.
El colectivo de Moncho Fernández se movió hace un año, siempre, entre el primer y el segundo puesto en la clasificación de tapones. Ahora, Salah Mejri intimida para el Real Madrid y ya es un pívot de Euroliga. Y Levon Kendall, que fue siempre un jugador silencioso, de los que suman en muchos apartados, va ganando protagonismo en el Alba Berlín, con el que disputa la Euroliga. Entre el tunecino y el canadiense garantizaban tres tapones cada dos partidos. Y ninguna estadística recoge los tiros que cambiaban.
El Obradoiro también se ha quedado sin el mejor pasador de la Liga Endesa. Andrés Rodríguez promedió 5,86 asistencias. Este verano ha echado el ancla en Puerto Rico y acaba de firmar por el Cangrejeros de Santurce, entrenado por Paco Olmos.
Otro ilustre que está haciendo carrera es Robbie Hummel. Persiguió el sueño de la NBA con una fe inquebrantable y, casi sobre la bocina, se hizo con un puesto en los Timberwolves de Minnesota, que han arrancado la temporada con tres victorias del tirón. En la segunda, ante los Oklahoma City Thunder de Ibaka, Hummel disfrutó de sus primeros minutos, ante su público. Y, como hace casi un año, en Sar, no estuvo acertado en el tiro. Pero aquí acabó siendo letal en el equipo.
Ahora los nuevos en el Obradoiro son otros. Muscala es el que ha arrancado a más alto nivel, también el que está rindiendo de una manera más homogénea.
Y a Minnerath es al que más le está costando encontrar su sitio en el equipo. En Fuenlabrada, no obstante, anotó cuatro puntos en el último cuarto, cuando más apretaba el zapato. Y capturó un rebote providencial en ataque, el que precedió a un triple de Dewar cuando el rival estaba más cerca de completar la remontada.
El que más progresa es Mario Delas. Llegó fuera de forma y cada día que pasa se le ve con más peso específico dentro del grupo. También Vasilis Xanthopoulos sigue una línea ascendente, quizás a no tanta velocidad como el croata. El domingo clavó otro de los triples clave del festival de anotación en que se convirtió el último cuarto.
Durand Scott es el jugador distinto, menos metódico, más imprevisible, el más eléctrico.
Los cinco están inmersos en una contrarreloj para adaptarse a un equipo, un sistema de juego y una Liga Endesa que son nuevos para ellos.