Azpeitia, el rival de dos cabezas frente a la caballería del Xuven

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

DEPORTES

MARTINA MISER

Joseba Ibargutxi compagina la dirección de juego sobre la pista con el papel de segundo entrenador del conjunto vasco

21 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Tuve que dejar la capitanía. Si no, iba a tener más títulos que la duquesa de Alba». Joseba Ibargutxi (8/10/1982) recurre al humor cuando se le interroga por su condición única en la LEB Plata, y probablemente en todo el baloncesto profesional español. Y es que el Azpeitia Azkoitia ISB, el último rival liguero del 2013 del Conservas de Cambados, mañana domingo en tierras guipuzcoanas, tiene en la persona de Ibargutxi un base y un segundo entrenador. La prolongación soñada por todo técnico, al servicio de Íker Bueno.

La inexperiencia de este último, ascendido el pasado verano de segundo a primer técnico del Azpeitia con solo 25 años, y la incorporación de dos bases jóvenes como Imanol Zubizarreta (21 años) y Xavier Assalit (17), llevó a la directiva del club a pedirle a Ibargutxi que se desdoblara. Un giro radical a su situación personal, cuando «yo me había hecho ya a la idea de colgar las botas».

Y es que la pérdida de patrocinadores llevó a los rectores del Azpeitia a sopesar seriamente pasar de quedarse a 1 punto de la clasificación para las semifinales de los play-offs de ascenso a la LEB Oro a renunciar a continuar en la Plata. «Llevo nueve años en el club y tengo otros proyectos -compagina la doble ocupación apuntada con la dirección deportiva de los equipos federados del Colegio Axular de San Sebastián y el banquillo de su equipo juvenil-. Si el Azpeitia no saliese a competir tenía claro que no iba a jugar en otro equipo. Aquí estoy dispuesto a ayudar en lo que sea».

Con Assalit alternando el Azpeitia y el Guipúzcoa Basket de ACB, del que el primero es equipo vinculado, Ibargutxi se ha asentado como el base titular en las últimas jornadas, coincidiendo con el momento más dulce del inminente rival del Conservas de Cambados. «Mantengo un contacto diario con Íker Bueno, cuando no entrenamos voy a ver las sesiones de trabajo del equipo ACB, porque compartimos sistemas», y cuando llega el partido de Liga «los hay en los que juego 30 minutos, y otros 3». Ejerciendo de segundo dentro y fuera de la pista, con la facilidad que le aporta el hecho de que «el base, cuando está jugando, tiene que estar a muchas cosas a la vez. Al final el base es un poco la prolongación del entrenador», sentencia.