El caso de Marta Domínguez castiga la imagen de España
28 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El año 2013 se presentó para el deporte español como la oportunidad para limpiar las dudas sobre sus actuaciones. Años después de suposiciones, de amenazas y de filtraciones, el doctor Eufemiano Fuentes se sentaba en un juzgado para responder por su sistema de dopaje para deportistas de élite. Pero después de un mes de comunicaciones en clave y de testigos que sólo confesaron lo que habían comentado anteriormente, el sainete acabó con la condena de un año de prisión y cuatro de inhabilitación para el doctor y de cuatro meses de cárcel para Ignacio Labarta. Después de la sentencia, los observadores internacionales se asombraron con la negativa de la Justicia española para entregar las más de 200 bolsas de sangre del laboratorio del médico canario que podrían servir para identificar a otros deportistas. Tampoco convencieron las escasas revelaciones de nombres, que se centraron en el ciclismo.
Pero a la mala imagen de la operación Puerto se sumaron más argumentos. Marta Domínguez, considerada de manera oficiosa la mejor deportista de España, no fue castigada por las autoridades deportivas después de que la juez de la operación Galgo invitara a ello por los indicios de dopaje. Así, la palentina se unió a la lista de deportistas sin castigo a pesar de que una de las bolsas Eufemiano estaba etiquetada con el nombre de su perro (procedimiento habitual de Fuentes) y de que su número de teléfono se encontraba en su poder. Fue la Federación Internacional de Atletismo la encargada de suspender a la senadora porque el pasaporte biológico de la deportista señalaba «altamente probable» las prácticas dopantes.
La entrada de la nueva ley
Las autoridades aprobaron en verano una nueva ley que se adecuara a las exigencias de la Agencia Mundial Antidopaje, se llevaron a acabo algunas operaciones policiales contra el tráfico de sustancias prohibidas y la nueva agencia española descubrió en su primer mes cuatro resultados anómalos (tres atletas y un jugador de baloncesto). Sin embargo, la percepción de tolerancia se mantuvo en los ambientes internacionales y las dudas aparecieron incluso en la presentación final de Madrid como candidata para los Juegos Olímpicos de 2020. El británico Adam Pengilly y el noruego Gerhard Heiberg preguntaron por la operación Puerto y «la destrucción de las bolsas de sangre» animados por las inquietudes de varios deportistas. Onye Ikwuakor, director del departamento jurídico de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos, también había pinchado en la burbuja de confianza. Además, a finales de año, la veterana tenista Nuria Llagostera sorprendió a la WTA porque en la investigación por su positivo con metanfetamina aseguró desconocer factores fundamentales en los protocolos de control.