El balear parte como claro favorito ante el suizo para sumar tantos majors como el estadounidense
26 ene 2014 . Actualizado a las 02:26 h.Rafa Nadal partirá como favorito este domingo, a partir de las 9.30 hora peninsular, en la gran final del Abierto de Australia, primer grande de la temporada, en el que pretende alcanzar a Pete Sampras y completar por segunda ocasión en su carrera el Grand Slam, objetivos que quiere evitar el suizo Stannislas Wawrinka, que llega a la cita al alza y con ganas de dar la sorpresa.
Nadal, número uno del mundo, se vuelve a plantar por tercera ocasión en la Rod Laver Arena para tratar de conquistar el grande oceánico, algo que ya logró en el 2009, cuando derrotó a otro suizo, en esta ocasión el más popular Roger Federer, y buscará desquitarse del revés del 2012, cuando la perdió, en una épica batalla contra Novak Djokovic.
El Nadal-Wawrinka será la decimonovena ocasión en la que el balear se encuentre en una final de Grand Slam, donde mantiene un balance positivo, 13-5, aunque ocho de esos títulos llegaron en un Roland Garros donde no ha fallado en ninguna de las finales que ha disputado. Nadal podría ganar su decimocuarto grande, lo que le haría alcanzar al estadounidense Pete Sampras como el segundo más laureado de la historia del tenis y se quedaría a tres de Federer, logrando además hacer por segunda ocasión en su carrera el Grand Slam, es decir, ganar en al menos dos ocasiones los cuatro grandes torneos del circuito, algo que no ha logrado nadie en la Era Open.
El balear se planta en la gran final del Open de Australia en nota ascendente. Ha firmado un torneo sólido, donde sólo ha cedido un set hasta el momento, frente al búlgaro Grigor Dimitrov, en unos cuartos donde fue más irregular, sobre todo por una inoportuna ampolla en su mano izquierda. En ese partido, cedió por primera vez en todo el torneo su saque, con el que ha dado pocas concesiones a sus rivales, y que se presenta clave para poder deshacerse del correoso Wawrinka, que tiene en el servicio una de sus mejores armas.
Pero las molestias de la herida en su mano parece que van remitiendo, como se pudo ver en su semifinal contra Federer, donde tras un primer set irregular, Nadal desplegó un sensacional tenis para arrollar al jugador de Basilea, que se chocó contra un 'muro'. Sin embargo, pese a las diferencias entre ambos, su rival no se presenta tan accesible como parece.
Wawrinka ha experimentado un crecimiento en su tenis y en su juego con la llegada del extenista sueco Magnus Norman. Más agresivo y seguro de sí mismo, el de Lausana firmó un gran 2013 donde rozó su primera final de Grand Slam en Nueva York, donde le apartó tras cinco sets Novak Djokovic. Cuatro meses después, ha podido saborear un éxito de renombre, al que llega con poco desgaste, aprovechando dos abandonos, uno, el de Vasek Pospisil, sin tener que saltar a la pista.
De todos modos, el suizo llega muy reforzado al Nadal-Wawrinka por sus dos últimas victorias. En cuartos se vengó de Djokovic en cinco mangas y en semifinales se deshizo con temple de Berdych, ante el que blindó su servicio, permitiendo solo al checo una bola de break en todo el partido. Desde ahí intentará tener sus opciones frente a Nadal, que también debe tener cuidado del drive del suizo, muy suelto y que sabe que no tiene nada que perder porque, como dijo Federer, la presión recae sobre el de Manacor.
A favor de Nadal está el factor moral de haber ganado los 12 enfrentamientos al número ocho del mundo y sin ni siquiera haber perdido un set de los 26 disputados, por lo que tomar ventaja en el marcador de inicio podría ser una losa psicológica para Wawrinka.
«Sé lo que debo hacer, tengo que jugar agresivamente, sacar muy bien y presionarlo siempre. Veremos si puedo hacerlo mañana en la noche», dijo el suizo.
Wawrinka, por primera vez en una final de Grand Slam, está cumpliendo en Australia el mejor torneo de su vida. Campeón en Chennai, no conoce aún la derrota en lo que va de la temporada, pero Nadal es para él un obstáculo mayor, ya que las 12 veces que se enfrentó al español perdió, y ni siquiera pudo ganar un set. «No me importa esa estadística, es así contra Rafa. No me importa perder 14 veces. Antes de enfrentarme a Djokovic era lo mismo, había perdido 13 ó 14 veces. De nuevo: estoy jugando mi mejor tenis aquí, estoy físicamente listo, tuve dos días libres, perfecto para mí de cara a la final. Voy a intentarlo todo», añadió el suizo.
En cambio, en pista dura y rápida, como se pudo ver en su último cruce, en la Copa de Maestros (7-6, 7-6 para el español), puede equilibrar las cosas y puede ampararse en su triunfo sobre Nole, con el que también tenía una estadística negativa, para pelear por un triunfo, que además abriría una esperanza en el circuito al final del dominio del denominado Big Four, el cuarteto formado por Nadal-Djokovic-Murray-Federer, auténtico dictador en los Grand Slams y en el que sólo se inmiscuyó, en el 2009, el argentino Juan Martín del Potro con su triunfo en el US Open.