Ni Cristiano ni Messi, Lombi

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo VIGO / LA VOZ

DEPORTES

XOAN CARLOS GIL

La pichichi de El Olivo, formada en La Masía, firma 23 goles en 18 partidos

18 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Ni los más grandes son capaces de superar los registros goleadores de Anair Lomba, Lombi (A Guarda, 1989), la jugadora sobre la que El Olivo de Segunda División femenina cimienta su ataque. Una depredadora del área que ya ha puesto su firma a 23 goles de los 76 que lleva su equipo, y cuyo botín la sitúa por delante de registros como los de Cristiano Ronaldo (que lleva 22), Diego Costa (21) o Leo Messi (13).

«Siempre intento superar los registros de las campañas anteriores. Desde que llegué a El Olivo he acabado la temporada con entre 18 y 20 goles, aunque este año estoy batiendo esas cifras», comenta con toda naturalidad la máxima artillera del equipo de Juan Carlos García, Charli. Aunque Lombi es la pichichi del líder de Segunda, huye de retos y cifras. Asegura que no se marca objetivos para no obsesionarse, y aunque los tantos son el alimento del delantero, antepone los intereses del grupo a los suyos propios: «Que marque quién quiera, mientras sigamos ganando».

Lombi comenzó a dar patadas al balón muy pequeñita. «Tengo treinta primos y todos jugaban al fútbol, así que no me quedaba más remedio. Yo nunca fui de muñecas», recuerda. Con seis años comenzó a jugar en el Unión Deportiva La Guía, de A Guarda, y a los trece su vida dio un giro radical. Durante un partido amistoso con la Unión Guardesa en Catalunya ojeadores del Barcelona se fijaron en ella, y a los pocos meses cruzaba las puertas de La Masía. «Entré con 13 años y estuve hasta los 17, cuando por motivos personales decidí volver a Galicia. Fueron años muy buenos. Aprendí mucho, me trataron muy bien y compartí títulos y campeonatos con grandes jugadoras y entrenadores», recuerda.

A su regreso a Galicia volvió a vestir la camiseta de la Guardesa, pero año y medio después El Olivo la reclutó para convertirla en una de sus figuras. Con las viguesas ha vivido las mieles de la élite y la pelea que exige buscar un ascenso, algo que no le asusta, porque si algo define a Lombi, es su carácter combativo. «Siempre me dicen que soy luchadora, una jugadora de correr y pelear, y es con lo que más me identifico».

Un idilio con el gol

Aunque Anair firma una media de 1,3 goles por partido, su voracidad en el área no tiene límites, y el domingo, ante el Friol, el máximo perseguidor de El Olivo, marcó cuatro tantos. Aunque ahora atraviesa un momento dulce, Lombi asegura que esta temporada ha tenido altos y bajos a nivel individual. «Tuve una racha muy mala en la que no me salían las cosas, no jugaba como debía, aunque seguía marcando goles. Ahora parece que ya está todo un poco más ordenado, ya vuelvo a sentirme cómoda», reconoce la futbolista, que ya sea como delantero centro o por banda -«mi entrenador dice que me parezco a Pedrito»-, es capaz de sacar los colores a las defensas rivales. Anair es nombre de gol.