El número uno mundial cayó en los cuartos de final por 2-6, 7-6, 6-4
25 abr 2014 . Actualizado a las 21:41 h.El español Nicolás Almagro acabó con la racha triunfal de su compatriota Rafael Nadal, número uno mundial, en el Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó, al vencerle en los cuartos de final del torneo, por 2-6, 7-6 y 6-4, en dos horas y cuarenta y siete minutos de juego.
Almagro, que había perdido los diez partidos que había disputado contra Nadal hasta hoy, se enfrentará mañana en semifinales al vencedor del duelo que librarán, a última hora de la tarde del viernes, el alemán Philipp Kolhlschreiber, décimo cabeza de serie, y el colombiano Santiago Giraldo.
Tras el 6-2 inicial, que Nadal solventó en 39 minutos, parecía que el de esta tarde volvería a ser uno de tantos partidos en los que el balear, por insistencia, acabaría desesperando a Almagro y llevándose una nueva victoria -la undécima- ante el murciano.
Porque el guión de esta primera manga fue el de casi siempre cuando se enfrentan los mismo protagonistas: Nadal buscando el error de su rival, poniéndolo nervioso, desgastándole su revés y contraatacando con algún golpe ganador cuando parecía verse dominado en el intercambio.
Sin embargo, esta vez, Almagro supo templar su juego, confiar en sus repertorio de golpes y sobreponerse psicológicamente al hecho de saber que nunca ha sido capaz de ganar al número uno mundial.
Lo demostró en un segundo set maratoniano, igualadísimo y tremendamente emocionante en el que Almagro, sacó todo su carácter y talento de ex top-ten, para salvar cinco bolas de break -una en el primer juego, otra en el tercero y otras tres en el séptimo-, forzar el tie-break y ganárselo al ocho veces campeón del Godó por 7-5.
Después de casi dos horas, el vigésimo jugador del ránking mundial había equilibrado inesperadamente el choque y se sentía de verdad con posibilidades de acabar con la hegemonía del manacorense en el abierto barcelonés.
Pero Nadal es mucho Nadal, sobre todo en tierra, sobre todo en la del RCT Barcelona, donde hasta hoy había encadenado 41 victorias desde que cayera en segunda ronda de 2003 ante Àlex Corretja y sumado 43 sets de forma consecutiva.
En el tercer acto, el ocho veces campeón de Roland Garros volvió dispuesto a acelerar su tenis, se metió un metro más dentro del pista y recuperó la iniciativa en el juego que había perdido mediado el segundo parcial.
Rompió el saque de Almagro y se puso 3-1 y servicio en el tercero, pero su adversario resucitó de nuevo. Le devolvió el break y ganó su servicio fácil para empatar a tres.
A estas alturas del choque, Almagro ya estaba crecido, desatado, y canalizaba su tremenda energía para ejecutar a su rival en cada punto en lugar de enzarzarse en discusiones absurdas con el juez de silla o recriminarse a sí mismo malas decisiones con constantes aspavientos como había hecho otras veces.
Volvió a romper el saque a Nadal para adelantarse 4-3, perdió el suyo en el siguiente, pero en vez de venirse abajo, volvió a romper el del balear una vez más, arriesgando con golpes ganadores de derecha y de revés en lugar de echarse atrás, convencido de que, hoy sí, era el día en el que acabaría con la tiranía de la «Bestia».
Con 5-4 a su favor, Almagro supo salvar otras tres bolas de break, porque Nadal, que no se rinde jamás, parecía empeñado en no claudicar, en seguir agrandando su leyenda en la capital catalana.
Pero esta vez, el murciano no solo igualó en talento a su rival sino que también lo hizo en fuerza mental. Y, en la segunda pelota de partido de que dispuso, un derechazo ganador acabó dándole el triunfo, el primero de su carrera, ante el rey del Godó.