La viuda de Tito Vilanova vetó a Guardiola en el entierro de su marido

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

Los dos entrenadores dirigieron uno de los mejores equipos de la historia antes de acabar enfrentados

05 jun 2014 . Actualizado a las 19:25 h.

Pep Guardiola no estuvo presente en el entierro de Tito Vilanova por petición expresa de la viuda, Montse Chaure. Un amplio reportaje en El Periódico, firmado por Emilio Pérez de Rozas, desvela que el actual entrenador del Bayern, «no viajó a Barcelona, sabedor de que la familia de Tito y, muy especialmente, su esposa, no querían verle». Guardiola y Tito Vilanova formaron un gran equipo en el banquillo del FC Barcelona durante cinco temporadas, ciclo en el que ascendieron al filial a Segunda B y en el que bordaron el fútbol durante cuatro cursos con uno de los mejores conjuntos de todos los tiempos. Sin embargo, la llegada de Sandro Rosell a la presidencia de la entidad azulgrana motivó la salida de Pep Guardiola y el ascenso de Tito Vilanova a la dirección de la nave, hasta el momento segundo de a bordo. En este momento se generaron tiranteces entre los dos preparadores, agravadas con el tiempo. Ambos coincidieron en Nueva York. Guardiola, cansado de acaparar portadas, eligió la Gran Manzana, una de las ciudades menos futboleras del planeta, como sede para completar un año de retiro espiritual. Por su parte, Vilanova se desplazó a Nueva York para tratarse de su enfermedad con la vanguardia de la oncología.

Guardiola, al que muchos sitúan en la tendencia Cruyffista y Laportista del FC Barcelona, acusó a la por entonces nueva directiva de Rosell de haberse aprovechado de la enfermedad de Vilanova en contra de su persona. A los pocos días, Vilanova abrió la temporada 2013-2014 en la sala de prensa del Camp Nou disparando contra el propio Guardiola: «Él era mi amigo y yo lo necesitaba, pero él creyó que no (era necesario visitarme)», comparecencia en la que también aprovechó para invitar a dejar de lado rencillas, «otros ismos» y «los egos personales», en favor de la entidad azulgrana.

A los pocos días, un agravamiento en el estado de salud de Vilanova lo obligó a abandonar el banquillo para centrarse única y exclusivamente en su tratamiento. Guardiola, ya desde Munich, declaró: «Tito Vilanova es mi amigo y le quiero tantísimo, esto es muy duro para mí». Sin embargo, según las últimas revelaciones, la herida abierta en el 2012 nunca llegó a cicatrizar. Al menos en el entorno más íntimo de Vilanova.