Mientras agonizan Zaragoza y Osasuna en fútbol, la exclusión del Bilbao Basket de la Liga ACB reduce la competición a 17 equipos y deja al club herido de muerte
19 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Mientras el Barça se ha gastado de momento 123 millones de euros en cuatro futbolistas (81 por Luis Suárez, 18 por Rakitic, 12 por Ter Stegen y otros 12 por Claudio Bravo) y aún debe contratar al menos un defensa central, y el Real Madrid ha desembolsado 25 por Toni Kroos y también fichará a James Rodríguez (el Mónaco pide 85 por el colombiano) y a Keylor Navas (pagará 10 por el costarricense), las deudas estrangulan a buena parte del deporte profesional.
En la segunda categoría del fútbol español los esfuerzos y las urgencias ante la grave situación económica que atraviesan dos clubes cercanos a un siglo de vida se centran durante estos días en Zaragoza y Pamplona. En la élite del baloncesto tampoco está ya el Bilbao Basket, uno de los exponentes del estallido de la burbuja en el mundo de la canasta, que ya no jugará la próxima temporada en la Liga ACB y cuya exclusión dejó la competición reducida a 17 equipos, como en el 2008.
La afición del Bilbao Basket se echó ayer a la calle, pero el día anterior lo hizo la del Zaragoza, para clamar por la supervivencia del club y exigir la marcha de los responsables de la entidad, un grupo de empresarios aragoneses a quienes Agapito Iglesias vendió recientemente su paquete accionarial.
También se ha creado la fundación Zaragoza 2032, formada por un nuevo grupo de empresarios, liderado por el presidente de Telefónica, César Alierta, que sería la encargada de aportar los ocho millones de euros que la entidad necesita de forma inmediata para pagar a Hacienda y garantizar la salvación. Aun así, el Zaragoza precisa de otros 20 millones de aquí a septiembre, y la fractura social e institucional en el club de Segunda se ha agravado en las últimas horas. Los actuales dueños del Zaragoza son partidarios de vender la entidad a un grupo inversor mexicano y no ceder el mando a un fundación que propone para la presidencia a Christian Lapetra, hijo de Carlos Lapetra.
El Osasuna continúa amenazado por las denuncias consecuencia de los impagos a sus futbolistas y deberá hacer frente a sus obligaciones antes del 31 de julio para evitar el descenso administrativo a Segunda B. Al menos alcanzó un acuerdo con Hacienda para establecer un calendario de pagos y saldar así su deuda con el fisco. La Agencia Tributaria navarra decidió levantar las medidas cautelares que existían sobre las cuentas de Osasuna y, superado de momento ese escollo, la mayor preocupación se centra ahora en las deudas con los jugadores, un mal hábito instalado en el fútbol español y que este año, según el sindicato de jugadores (AFE), afecta a 194 futbolistas que reclaman casi 23 millones de euros a 18 clubes que en la pasada temporada militaron en Primera y Segunda.
La junta del Osasuna ha cifrado la deuda global de la entidad en 80 millones y debe abonar de inmediato los 7,5 millones que corresponden a sus jugadores.
La deuda del Bilbao Basket es de 6.074.000 euros, y la imposibilidad de conseguir un aval ha dejado herida de muerte a una entidad deportiva que ahora se demuestra con pies de barro.