El punta ferrolano acepta una propuesta de Carolina del Norte para seguir jugando a los 35 años e iniciar su carrera de entrenador con un equipo sub-17
01 ago 2014 . Actualizado a las 17:53 h.Nacho Novo tiene un pie en la gran historia del Glasgow Rangers y otro en su epílogo como deportista. En marzo se incorporaba al Salón de la Fama del club escocés y jugaba en el modesto Carlisle United de la cuarta categoría inglesa. Con 35 años, inicia su transición del campo a los banquillos. En breve hará las Américas para incorporarse al modesto Carolina RailHawks de Carolina del Norte, de la segunda categoría de Estados Unidos -por debajo de la MLS-, y al mismo tiempo dirigir a su equipo sub-17, un paso para convertirse en entrenador: «Es una experiencia nueva y a la vez la oportunidad de ir entrenando».
Un contrato por año y medio ligará al delantero ferrolano al equipo de Cary, una ciudad de 135.000 habitantes. «Uno de los asistentes del equipo jugó en el Rangers, hizo el curso de entrenador conmigo y sabe que estoy bien físicamente», explica Novo, eléctrico en el campo, pero de discurso pausado.
Hasta el verano pasado mantuvo la esperanza de regresar al Rangers, al que las deudas tenían en la tercera categoría escocesa. La grada de Ibrox Park le adora, por su carácter indomable y su garra y acierto en los derbis contra el Celtic, al que había dicho no en el verano del 2004 para incorporarse al club protestante. «El año pasado rechacé una opción en Grecia para jugar en Europa y al final no se hizo lo de Glasgow. Mantengo mi mentalidad ganadora, estoy bien físicamente y con ganas. Voy a disfrutar de mis últimos días. Jugaré al fútbol hasta que no pueda más. Cuando física o mentalmente no me vea, levantaré las manos y lo dejaré. Pero ese momento aún no ha llegado», explica el delantero ferrolano.
En los últimos tiempos ya se preparaba para su futura vida. «Me formé en Largs, [en el Inverclyde Training Centre], en la misma academia que José Mourinho, y de la que han salido grandes entrenadores. Así que no está mal», indica sobre su formación en Ayrshire, cerca de Glasgow. Como jugador su carrera abarcó la élite, pues lo ganó todo con el Rangers y fue subcampeón de la UEFA del 2008, y jugó en el Sporting y el Legia de Varsovia; y también abarca el fútbol más modesto, pues pasó por el Racing, el Mugardos, el Somozas y el Huesca y, ya en Gran Bretaña, el Raith Rovers y el Dundee United escoceses al inicio y el Greenock Morton al final. Así que le sobran influencias. «Trabajé con grandes entrenadores y tomas algo de todos: Paul Le Guen, Walter Smith, Ivano y Dario Bonetti, Alex McLeish...»
Y explica las dos prioridades que su carrera le marcó a fuego: el trabajo con la cantera y la relación directa y sincera con el futbolista. Porque Novo tuvo que dar muchas vueltas hasta triunfar. «De niño, no fui ni a la selección de Ferrol. ¡Ya no digo la gallega! Mira lo que me ayudaron»». Con Galicia dejó una actuación brillante en el amistoso de Riazor contra Irán, justo tras aterrizar en Alvedro, recién llegado en un vuelo privado fletado por el entonces presidente del Rangers, David Murray.
El trabajo de cantera devuelve a Nacho Novo a su época juvenil. «Recuerdo cuando en el Racing José Pérez García [entrenador en Ferrol entre y 1998] se preocupaba de los chavales. Era un subidón para todos saber que estaba pendiente. Los jóvenes necesitan sentir el apoyo del entrenador del primer equipo». Y con la base empezará en Carolina del Norte.
El trato directo con el futbolista le devuelve la imagen de Manolo Preciado en Gijón: «Era increíble en la relación con los jugadores, que morían por él. No vas a tener a todos contentos, de hecho yo soy de los que está enfadadísimo si no juega, pero debes ser sincero, honesto y directo con ellos. Si no, se puede crear un mal ambiente que destroce un vestuario». ¿Sus ideas? «Me gusta que se juegue con velocidad en ataque y hacerlo bien. Pero para conseguirlo hay que trabajar duro tácticamente».