Padre de una niña por primera vez, el pívot se ha consolidado como uno de los referentes del baloncesto español tras experimentar un proceso de transformación física y mental
10 sep 2014 . Actualizado a las 20:06 h.Marc Gasol ya es padre. Y si se cumple el refrán, el pan que todo niño trae bajo el brazo debería ser una medalla en el Mundial de España. Su recién estrenada paternidad es un paso más en un proceso de madurez personal y profesional que ha llevado al pívot de los Memphis Grizzlies a convertirse en uno de los referentes del básket español, un deportista con alma de líder llamado a tomar el relevo de su hermano Pau y de Juan Carlos Navarro cuando estos den un paso a un lado y se retiren de la selección.
Marc jugará esta noche los cuartos de final del Mundial ante Francia. Lo hará tras pasar unos días en Barcelona junto a su mujer, la madre de su pequeña. Cristina salía de cuentas el martes y el pívot quería estar con ella cuando llegase el feliz momento. En la selección lo entendieron al momento, y el jugador pactó con el entrenador un abandono temporal de la concentración a la espera de que se produjese el feliz acontecimiento.
El mediano de los Gasol vive un momento de madurez que ha trasladado a la cancha. Al equilibrio que le aportan su familia y amigos, le ha sumado un cuidado extraordinariamente puntilloso de su estilo de vida. Lleva una dieta de forma milimétrica y el resultado ha sido el mejor estado de forma de su carrera.
El Marc actual poco tiene que ver con aquel que llegó casi de rebote al memorable Mundial de Japón en el 2006 por la lesión del gallego Fran Vázquez. En aquellos días, el pívot era objeto de debate entre quienes confiaban ciegamente en su proyección y quienes albergaban dudas. Los primeros apelaban a su tamaño, su excelente mano y su calidad para pasar (es uno de los mejores asistentes del mundo desde el poste) como argumentos de peso para triunfar en el deporte de la canasta. Los segundos se aferraban a ciertos problemas de sobrepeso que el jugador había sufrido en el pasado para cuestionar su futuro.
El tiempo le ha dado la razón a los primeros. Con su nueva fisonomía, La Tanketa, como se le conoce en la selección, sigue siendo un jugador muy fuerte en la pintura, pero ha ganado en agilidad y rapidez, lo que ha multiplicado su influencia sobre el juego tanto en el equipo nacional como en los Grizzlies, donde es el referente indiscutible del equipo.
De hecho, el dueño de la franquicia, Robert Pera, estuvo en Granada asistiendo a la primera fase del Mundial y allí confesó que su prioridad máxima para esta temporada será renovar a Marc, toda vez que acaba contrato esta temporada. Los principales analistas de la NBA lo sitúan como uno de los agentes libres más codiciados del próximo verano, una joya que junto a Ricky Rubio, Ibaka y Abrines está llamada a encabezar a la selección cuando los júniors de oro cierren la etapa más brillante del básket español a nivel internacional.