El joven piloto español consigue el título de Moto2, el númer 43 para el motociclismo español
27 oct 2014 . Actualizado a las 10:24 h.Cuando España apuraba esa hora extra entre las sábanas que permite el cambio horario, a miles de kilómetros Tito Rabat se proclamaba campeón del mundo de Moto2, consiguiendo para el motociclismo español el título número 43, que bien podría crecer en la última jornada en Cheste con Álex Márquez. Rabat enjugó el título con lágrimas de alegría pero también de nostalgia. Alzó los brazos al cielo de Sepang y mencionó a su madre, a la que perdió hace casi dos años. Le había regalado su primer triunfo mundialista, en Jerez 2013, casualmente el Día de la Madre. Pero ayer le envió la mayor recompensa de su vida. «Estoy seguro de que estará contenta, la llevo siempre conmigo», dijo Tito a la Agencia Efe.
Ayer le bastó acabar en tercera posición para tener matemáticamente el título en la mano. El triunfo de Maverick Viñales quedó oscurecido por el campeonato de Rabat, uno de los muchos nombres españoles del amplio pelotón que ayer dio el salto al éxito. Mika Kallio fue el gran derrotado. Aspiraba a llegar a Valencia con opciones de título, pero su contrincante actuó con madurez y calma para acabar en un tercer puesto más que suficiente.
Tito Rabat nació en Barcelona el mismo día en que el Barça de baloncesto le ganaba el quinto y definitivo partido de la final al Real Madrid. Eran los tiempos de Audie Norris y Fernando Romay. Pero Rabat cogió el camino de los deportes sin balón. Su trayectoria no incluye la precocidad de niños como Jorge Lorenzo, que ya se destrozaban los dientes desde una moto con apenas tres años. Tito es de los tardíos. Tampoco vale en su caso el cliché de que su progenitor era uno loco del motor, porque Esteban Rabat, el padre, es un afamado joyero y relojero catalán con estudios de ingeniería.
Tito comenzó a correr en moto después de los doce años. Y lo hacía a espaldas de sus padres. Contaba que iba a montar en karts con su amigo Ricky Cardús cuando en realidad practicaba sobre las dos ruedas. Cuando el padre se enteró de la afición, Tito ya corría la popular Copa Rieju.
Las personas de su entorno destacan su tesón y perseverancia. Su crecimiento fue exponencial. El paso de piloto discreto, a prometedor a aspirante fue meteórico. El circuito de Almería es su segunda cada, después de vivir en él durante eternas semanas con una caravana como residencia. En su escuela también está el apellido Márquez, ya que con ellos, con Marc y Álex, ha compartido intensas jornadas de entrenamientos, además de una excelente amistad.
El próximo año será el primer piloto español, desde Jorge Lorenzo, en defender el trono de la categoría intermedia.
Además del emotivo recuerdo de su madre, Tito Rabat recordaba ayer el duro camino recorrido hasta la gloria del título. Especialmente el episodio sufrido hace siete años, con un gravísimo accidente en el Gran Premio de Catalunya. Fue durante los entrenamientos. Rabat se golpeó la cabeza y todas las alarmas saltaron cuando en la pista veían que perdía el conocimiento. Fue necesario inducirle el coma durante varias agónicas horas. Se recuperó tan bien que cosechó un meritorio sexto puesto en Assen el día de su regreso.
En el 2011 debutó en Moto2 con Blusens. Al año siguiente firmó con Pons, con quien también continuaría en el 2013. Logró entonces tres victorias y siete podios y un tercer puesto en la general. Este año, en cambio, el suyo fue un paseo casi militar con equipo nuevo, el Marc VDS Racing Team, donde sustituyó a Scott Redding. Con Valencia aún pendiente, cierra el año con siete victorias y diez poles y tiene en su haber un curioso récord: haber copado el liderato durante todo el año.
Nada más bajarse de la moto Rabat reconoció que en ese momento tenía «un montón de sensaciones». «Pero en realidad es mucha emoción que tengo dentro, aunque estoy exhausto, he de decirlo, después de la carrera no me podía ni bajar de la moto», admitió.
En cuanto a la carrera en sí el flamante campeón del mundo de Moto2 explicó: «Este fin de semana he dado demasiadas vueltas en condiciones que son muy calurosas y físicamente no estaba al ciento por ciento, además de que se me ha empezado a cerrar un poco la moto en la curva cinco, la seis y en las curvas largas y he empezado a pensar que no quería cometer errores».
Rabat, que aseguró que lucirá el dorsal número uno de campeón en 2015, comentó que su título «es el triunfo del trabajo». «En el equipo de Sito me conocían desde cuando no ganaba carreras, cuando intentaba y no hacía nada y no veía que fuera a haber un cambio, hicieron ofertas más grandes a otros pilotos y yo pensé que me iban a tener otra vez como el segundo que era».