Velocidad, precisión y equilibrio

DEPORTES

27 oct 2014 . Actualizado a las 09:41 h.

Si Casillas no se hubiese reencontrado con Casillas a los pies de Messi para desbaratar el que parecía irremediable segundo gol azulgrana en el Bernabéu quizás el Real Madrid no hubiera coleccionado tantos elogios ni el Barcelona alimentado tantas inquietudes. Y, si bien no es fácil disociar el análisis y el resultado, parece difícil rebatir que este Real Madrid es bastante más que un colectivo de contragolpe. Si le dejan espacios resulta demoledor, porque pocos planteles en el mundo reúnen tanta velocidad de pensamiento, obra y ejecución, con un Benzema en el centro del huracán tan capaz de alimentar a los jugadores que llegan de la segunda línea como de resolver con la facilidad que evidenció en el tercer gol. Pero este Real Madrid también sabe jugar sin espacios, a veces como si fuese un equipo de fútbol sala, al primer toque, a dos como mucho. Con velocidad de pensamiento, obra y ejecución, como en las transiciones rápidas. Ahí es donde desarma a sus rivales. Ancelotti semeja haber encontrado ese equilibrio, con y sin balón, que siempre persigue. El pasado curso se lo dio el despliegue físico y la verticalidad de Di María. Ahora es más grupal, con James e Isco muy involucrados, con Kroos y Modric bien parapetados, con los laterales subiendo como extremos, con los centrales más arropados, con Ronaldo y Benzema disfrutando. Todos se implican. El regreso de Bale se presenta apasionante. Otro desafío al equilibrio.