La plenitud de los 34 años de Queco Piña

iván antelo A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El jugador pasa en solo doce meses del paro a triunfar en Segunda División

14 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Queco Piña se ha convertido en este inicio de temporada en una de las gratas sorpresas de la Segunda División A. Defiende con uñas y dientes la portería del Leganés, logrando ser titular indiscutible y el cuarto meta menos batido de la categoría. Algo que posiblemente no podría ni imaginar hace un año, cuando se encontraba a la espera de una oportunidad, actuando en las sesiones que la AFE ofrece a los jugadores en paro.

El meta coruñés ha jugado los 12 partidos de Liga, encajando un total de 12 dianas -el Llagostera y el Racing de Santander fueron los únicos equipos capaces de batirle en más de una de ocasión-. Solo Javi Varas (Valladolid), Cuéllar (Sporting de Gijón) e Isaac Becerra (Girona) cuentan con mejores números que él, aunque en el caso de estos tres tienen el apoyo de que sus equipos están entre los cuatro primeros clasificados de la Liga. Nada que ver con el Leganés, un recién ascendido que solo ha sido capaz de ganar tres partidos y encuentra muchas dificultades para ver puerta.

En búsqueda de la felicidad

Hijo de un exfutbolista del Deportivo de los setenta y ochenta -Ramón Piña-, Queco se formó como jugador en los campos de La Torre, principalmente defendiendo la camiseta del Orillamar. Acabó firmando por el Deportivo para engrosar sus categorías inferiores, pero sería el filial del Celta el que más apostaría por él, dándole la opción de debutar en Segunda B en el año 2001. Ourense y Racing de Ferrol fueron sus siguientes paradas, logrando jugar en Segunda División A con los departamentales en las temporadas 2004-2005, 2005-2006 y 2007-2008. Alicante y Ponferradina serían sus siguientes destinos, pero a partir de ese momento, en el año 2010, vería cómo las puertas del profesionalismo se le iban cerrando una y otra vez.

Tuvo varias épocas de entrenarse en solitario en los campos de Acea de Ama junto a su padre, logrando entre medias algunos contratos temporales en escuadras como el Celta B y el Orihuela. De hecho, al Leganés llegaría bien avanzada la pasada temporada, como un refuerzo de emergencia que ayudara a ofrecer competitividad a Dani Barrio y Jesús Jiménez. Queco Piña agarró esa pequeña oportunidad de volver a jugar en Segunda División B y acabaría convenciendo al entrenador de que él debería ser el encargado de guiar al equipo al ascenso. El coruñés fue vital en los partidos decisivos con paradas clave. Una circunstancia que le daría la opción de renovar en Butarque.

Ahora, a sus 34 años, Queco Piña se encuentra en un momento de plenitud demostrando también su valía en la categoría de plata del fútbol español. Su objetivo es lograr la permanencia con el Leganés y, de paso, terminar con el mal fario que le acompaña: sus últimas cuatro participaciones en el fútbol profesional terminaron en lágrimas de descenso -Ponferradina en el 2011; Alicante en el 2009; y Racing de Ferrol en el 2006 y 2008-. Cuatro pérdidas de categoría a las que hay que sumar las caídas a Tercera con el Orihuela (20013) y el Celta B (2012).