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El Nápoles vuelve a estar de moda

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

CIRO DE LUCA | REUTERS

La batuta de Sarri e Higuaín lo conducen al campeonato de invierno, algo que no sucedía desde Maradona

11 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Nada entra dentro de lo común en Nápoles. Desde la hermosa e inquietante sombra del Vesubio hasta el embrujo templado del Mediterráneo cuando abraza el golfo en el que se enclava la capital del sur de Italia. En su caos mitológico revivió Maradona las pachangas de barrio que lo habían convertido en un fenómeno en Buenos Aires y gracias a ese recuerdo de infancia, a sentir que había en realidad había nacido para jugar en aquel lugar y delante de aquella gente, el Napoles tocó el cielo. Al día siguiente de que en 1987 hubiese logrado su primer scudetto, con la resaca todavía impregnada hasta en la ropa, alguien pintó sobre uno de los muros del cementerio municipal una frase que ahora están a punto de refrescar: «No sabéis lo que os habéis perdido». El Nápoles, que ahora lidera Sarri desde la banda y cataliza Gonzalo Higuaín a ras de hierba, vuelve a estar de moda. Goleó ayer el Frosinone y acaba la primera vuelta como campeón de invierno. Junto a Juventus, Inter y Fiorentina, que le persiguen en la clasificación, es ya un claro candidato al título.

Y eso que las cosas no habían arrancado de la mejor forma para este proyecto. Cuando Aurelio De Laurentiis, el famoso productor de cine máximo accionista del club, decidió que el sucesor de Rafa Benítez sería Maurizio Sarri, la primera objeción la puso Maradona: «Se equivocan. Lo que necesita el Nápoles es a alguien con experiencia y que sepa liderar el grupo». Lo cierto es que Sarri había debutado en la primera división italiana en el 2014-2015 con el modesto Empoli al que había ascendido desde la Serie B. Parecía un corto bagaje para el técnico de un equipo construido a golpe del talonario de su propietario. Solo en jugadores del Real Madrid, el Nápoles se gastó 86 millones de euros. Con ese dinero saltaron a Italia Gonzalo Higuaín, Callejón y Raúl Albiol.

Los refuerzos y el presidente

En sus primeros cinco partidos, el bloque diseñado por Sarri solo consiguió un triunfo, el 5-0 al Lazio. De hecho, el Nápoles se estrenó con una derrota frente al modesto Sassuolo. Entonces, la afición se empezó a poner nerviosa y reclamó nuevos fichajes al presidente. «Si van al cine y ven mis películas, llegarán nuevos jugadores», respondió De Laurentiis. No hizo falta. En la sexta jornada derrotó a la Juventus y a partir de ahí despegó.

De empleado de banca a «Míster 33»

La historia personal del cerebro que ha diseñado al líder de la Serie A italiana encaja a la perfección con el espíritu alocado que desprende la ciudad donde nació. Maurizio Sarri (Nápoles, 1959), sin embargo, se crio en la calma de una pequeña localidad de la Toscana. Su padre, Amerigo, era ciclista profesional, pero a él lo que le atraía era darle patadas a un balón. «Cuando iba al colegio en Figline Valdarno [cerca de Florencia] era el único de mi clase aficionado al Nápoles, el resto de los niños seguían a equipos grandes como la Juventus o el Inter de Milán», explicó Sarri en una entrevista.

Durante la juventud compaginó sus estudios -terminó licenciándose en Economía y Comercio y Estadística- con el fútbol en el que no pasó de ser un amateur. Cuando ya ocupaba un cargo relevante en la Banca Monte dei Paschi de Siena empezó su periplo en los banquillos. Más de una decena de equipos en diferentes categorías. Un hombre de palabra, adicto al chándal y al tabaco, prometió a principios del 2001 que si al final de temporada ascendía al Sansovino a la quinta división, se dedicaría en exclusiva a entrenar. Tenía 42 años.

La travesía hasta la élite no fue sencilla. Desde sus primeros días se volcó en estudiar al rival y en elaborar acciones de estrategia. Se llegó a convertir en una obsesión para él. Un jugador del Sansovino reveló que le pusieron el mote de Míster 33, por el número de jugadas que preparaban durante los entrenamientos. «Ahora ya solo manejo cuatro o cinco», reconoce Sarri, que alcanzó la Primera División italiana en la 2014-2015 cuando ascendió a un sorprendente Empoli, que luego mantuvo sin dificultades y apenas presupuesto. Tenía 55 años.