Los boxeadores profesionales podrán competir en los Juegos de Río

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Combate entre Pacquiao y Bradley en abril
Combate entre Pacquiao y Bradley en abril Mark J. Rebilas | Reuters

La AIBA modificará sus estatutos mientras el CMB se opone a mezclarlos con los deportistas aficionados

01 jun 2016 . Actualizado a las 22:23 h.

Los boxeadores profesionales podrán competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, después de que una votación de la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) les diera luz verde en Lausana.

Ochenta y cuatro de los 88 miembros de la AIBA (que suele regir el boxeo aficionado y olímpico frente a otros organismos que rigen el profesional) aprobaron el cambio de los estatutos que permitirá a los profesionales pelear por medallas olímpicas por primera vez en la historia, aunque tendrán que ganarse una plaza. Veintiséis plazas para el torneo olímpico de boxeo se repartirán en un preolímpico que se disputará entre el 3 y el 8 de julio en la ciudad venezolana de Vargas.

Hasta el momento, en los Juegos solo podían participar boxeadores aficionados. El ex campeón del mundo de los pesados Vladimir Klitschko ya expresó en el pasado de competir de nuevo en unos Juegos después de ganar el oro en Atlanta 1996, cuando aún no había dado el salto al profesionalismo.

Peligro potencial

El promotor estadounidense Don King y el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), presidido por José Sulaimán, se declararon en contra del ingreso de boxeadores profesionales a los Juegos. «Es una cuestión muy arriesgada. La mayoría de los jóvenes no tienen la capacidad de enfrentarse a un peleador maduro. Obviamente hay excepciones, hay súper estrellas que sí pueden ser competitivos pero por regla general es muy peligroso», explicaron.

El CMB envió hace tiempo una carta al Comité Olímpico Internacional (COI) para hacerle saber el «peligro» que representa la llegada de profesionales del pugilismo a una competición olímpica.

Sulaimán advirtió que los boxeadores del CMB que decidan participar en los Juegos Olímpicos quedarán vetados del organismo durante dos años. La incógnita será cómo las federaciones nacionales adapten sus estatutos a los de la AIBA.