Pues la vida de España en la Eurocopa no va a ser un jardín de rosas. Cuando nadie se lo esperaba, llegó la derrota del combinado de Vicente del Bosque, en la recta final de un encuentro igualado ante Croacia, con un resultado con consecuencias funestas para el futuro inmediato. El tropezón significa que España se enfrentará a Italia en octavos de final y que irá por la parte del cuadro en la que también estarán Francia, Alemania e Inglaterra.
El encuentro dio para todo. Muchos partidos dentro del mismo partido. España lo bordó, marcó un gol que fue una obra de arte, dominó con autoridad el juego y siguió el camino de la excelencia y la eficacia que emprendió con el comienzo de la Eurocopa. Pero también sufrió, encajó un gol después de muchísimo tiempo, falló en acciones puntuales defensivas y fue superado por momentos por una buena selección croata.
Del Bosque afrontó el encuentro con valentía.
PQuería clasificarse como primero de grupo y ni se planteó hacer rotaciones. Jugaron los mismos. Ni siquiera Ramos, con amenaza de suspensión por tarjeta amarilla, fue reservado. De partida, su decisión ambiciosa fue positiva en el juego. Pero a costa de un peaje que a la larga fue decisivo. El partido se hizo larguísimo físicamente. Varios jugadores, como el propio Iniesta, llegaron fundidos a la recta final del partido.
Aún así se pudo ganar de no fallar Sergio Ramos un penalti, que si bien fue dudoso, tendría que haberse repetido por el escandaloso adelantamiento del portero. Al final, llegó una contra, el segundo gol y las dudas que vuelven a ser compañeras de viaje del equipo.
El camino, a partir de ahora, será de espinas. Afortunadamente, tras el tropiezo no se volverá a jugar hasta el lunes. Dos días más de descanso que visto lo visto, vendrán bien.