España se va a casa con todas las de la ley. Superada por una Italia magnífica, que salvo el arreón final, siempre fue superior. Acaba así su travesía en la Eurocopa y casi con total seguridad pone punto y final a la era Del Bosque, una etapa gloriosa que nunca será borrada de la memoria del fútbol español. La selección fue la envidia del planeta fútbol, no solo porque ganó un Mundial y dos Eurocopas consecutivamente, sino por cómo lo hizo, con un fútbol delicioso, bello y eficaz y con un comportamiento en el césped ejemplar.
Pero la eliminación de ayer nos debe hacer ver que hay que pasar página. A Del Bosque hay que despedirle con todos los honores y buscarle un sustituto adecuado al tipo de futbolista que tenemos en España, porque a pesar de la decepción en Francia, esta selección sigue teniendo un grupo de futbolistas extraordinarios que, por supuesto, no es inferior a ninguno de los que actualmente compiten en el mundo.
¿Qué pasó en Francia? Las grandes citas internacionales son torneos de momentos, a los que hay que llegar en el punto adecuado de cocción física, mental y emocional. Por lo que se ha visto y el repaso que ayer le dio Italia a los españoles, el equipo no andaba fino en lo físico. Los italianos se impusieron siempre en las disputas y jugaron a muchas más revoluciones que los españoles, que si bien acostumbran a tener un ritmo más de trote, ayer fueron superados en cualquier circunstancia. Del Bosque se empeñó en mantener el mismo equipo en cada partido, a pesar de los síntomas que ya se observaron ante Croacia. El resultado ha demostrado que el salmantino se ha equivocado. Al mismo tiempo, no se han observado soluciones tácticas a los enormes problemas que los italianos crearon en el juego español. Solo la salida de Lucas Vázquez al final supuso un cambio, tanto por el vigor de sus acciones como por el filo de su juego. Otros decepcionaron, como Fábregas, Silva y hasta el casi siempre regular como un reloj suizo, Busquets.
Toca cambiar. La continuidad de Del Bosque no es concebible. Ni sería buena para él, que ahora está a tiempo de irse con todos los honores, a pesar de esta Eurocopa que tan bien empezó y tan triste ha terminado. Hace falta un estímulo que active a los jugadores, a los que se vio quizá incluso hastiados de tanto fútbol.